El equipo de gobierno del Ajuntament de Palma no prevé por el momento aprobar una ordenanza específica sobre la prostitución callejera, a diferencia de la que ya existe en unas doce grandes ciudades españolas donde las multas oscilan entre los 750 a los 3.000 euros.
En la actualidad, Cort trabaja de forma coordinada con las tres entidades sociales que tienen como fin la integración social y el apoyo a mujeres en contextos de prostitución, han informado a Efe fuentes consistoriales.
Los problemas que puede generar la prostitución callejera en la capital balear son vinculados a conductas no cívicas o delitos menores y, en razón de ello, actúa la Policía Local.
Al menos doce grandes ciudades españolas tienen ya regulada mediante ordenanzas municipales la prostitución callejera, aunque aún hay muchas capitales de provincia que no cuentan con una norma al respecto.
Ejercer la prostitución o practicar actos sexuales en la vía pública son conductas prohibidas en los municipios, que sin embargo en los últimos tiempos han ido elaborando ordenanzas que endurecen las sanciones, sobre todo a los clientes, y que son más altas en el caso de que se produzcan cerca de colegios.
Son ciudades como Bilbao, Valencia, Málaga, Sevilla, Granada, Ávila, Albacete o Alicante, entre otras, que junto con todos los demás municipios que no tienen ordenanza sí disponen de servicios sociales que prestan información y ayuda a las prostitutas.
La última gran ciudad en incorporarse ha sido Barcelona, que desde ayer multa a los clientes de las meretrices con sanciones de hasta 1.500 euros, que pueden doblarse hasta los 3.000 si mantienen las relaciones sexuales en la vía pública.
La solicitud, demanda y negociación de servicios sexuales retribuidos en el espacio público por parte de clientes potenciales podrán ser sancionados con entre 1.000 y 1.200 euros, aunque si su conducta ocurre a menos de 200 metros de un colegio la multa podrá llegar a los 1.500 euros. Las prostitutas pueden ser multadas con entre 100 y 750 euros.
Paralelamente, en las carreteras catalanas de titularidad de la Generalitat se ha empezado a multar este año a las prostitutas y a sus clientes, que se exponen a sanciones de hasta 30.000 euros.
Así, el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció en junio que estudia endurecer la lucha contra la prostitución y que contempla multar a las meretrices que ejerzan en las carreteras.
La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, se mostró entonces partidaria de multar al proxeneta y no a la mujer.
El Ayuntamiento de Madrid no cuenta con ninguna regulación sobre la prostitución, ni establece sanciones, aunque sí prepara su segundo plan contra la explotación sexual.
Desde el consistorio ven necesario que la FEMP trabaje en una propuesta común sobre la regulación del ejercicio de la prostitución en la calle que pueda elevar después al Gobierno central.
En Sevilla, existe desde el 28 de octubre una ordenanza para combatir la prostitución callejera, que prevé multas para los clientes de entre 750 y 3.000 euros, y desde esa fecha se han cursado ya más de un centenar de denuncias.
La ordenanza considera «víctimas» a las mujeres que se prostituyen y no prevé ninguna medida sancionadora contra ellas, sino sólo actuaciones de carácter social.
En Granada, la ordenanza de la convivencia, en vigor desde noviembre de 2009, sanciona el ejercicio de la prostitución en la calle con hasta 3.000 euros y en sus dos primeros años de aplicación ha registrado 456 denuncias, 83 de ellas a clientes.
Málaga cuenta desde septiembre de 2010 con una ordenanza que establece sanciones -de 750 hasta 1.500 euros- para las prostitutas a menos de 200 metros de centros educativos y viviendas, que abarcan desde el ofrecimiento y la solicitud, a la negociación y aceptación de servicios sexuales retribuidos.
En el País Vasco, Bilbao aprobó en marzo de 2010 una ordenanza que lo regula y que prevé multas de 750 euros en caso de sanciones por infracciones leves y de 3.000 euros para las muy graves.
En Vitoria no existe una regulación sobre prostitución callejera y la Policía Local lleva a cabo controles puntuales para que no haya mujeres ejerciendo en la vía pública.
En el caso de Valencia, el ayuntamiento está elaborando una ordenanza que, según el concejal de Seguridad Ciudadana, Miquel Domínguez, debería incluir la sanción a prostitutas y clientes.
La ordenanza de Alicante, aprobada en febrero de 2011, contempla sanciones económicas tanto para los clientes como para las meretrices siempre que estas actividades se desarrollen en espacios públicos y ya ha levantado unas 900 actas. Las multas oscilan entre los 1.500 y los 3.000 euros.
En Murcia, está previsto que el consejero de Presidencia, Manuel Campos, se reúna con los concejales responsables para abordar el tema.
En Castilla-La Mancha, Albacete sanciona a los clientes y a las prostitutas que ejerzan en la calle con multas que van de los 1.500 a los 3.000 euros.
Guadalajara dispone desde 2009 de una ordenanza que prohíbe esas prácticas, con multas de hasta 1.500 euros, en tanto que Ciudad Real está estudiando regularlo.
Badajoz es la única ciudad extremeña que cuenta con una ordenanza en la que se prohíbe ejercer la prostitución en la vía pública y que fija sanciones (entre 750 y 3.000 euros) para meretrices y clientes.
La mayoría de las grandes localidades de Castilla y León no tienen regulada la prostitución callejera por no tener problemas ciudadanos. Sólo en Ávila está expresamente «prohibida».
Para el alcalde de Valladolid, Javier León, la prostitución debería regularse no con ámbito municipal sino nacional.
La ordenanza de convivencia de Gijón, la mayor ciudad de Asturias, no ha incluido multas por practicar sexo en la calle.
Además de Palma, tampoco tienen normas de este tipo Logroño, Pamplona, Santander, Santiago de Compostela, Vigo, Santa Cruz de Tenerife. Las Palmas sí estudia aprobar una ordenanza que regule la prostitución callejera.