La crisis económica no hace mella en el cepillo del Sant Crist de la Sang, cuya imagen se venera en la iglesia de la Anunciación de Palma. Durante el pasado año, la recaudación alcanzó los 35.254 euros, cifra que se repartió equitativamente entre los gestores del templo y el Consell de Mallorca.
La cantidad recaudada por el cepillo de La Sang, que se custodia bajo tres llaves, da cuenta de las numerosísimas visitas que recibe cada año. Miles de fieles se acercan cada año a la iglesia de la Anunciación para orar y pedir la intercesión del Sant Crist, que junto con la Virgen de Lluc, es una de las imágenes que concita más fervor religioso en Mallorca.
Los óbolos depositados en el cepillo de La Sang han registrado un espectacular incremento durante el pasado año, toda vez que en el ejercicio de 2010 la recaudación fue de 23.880 euros. Como siempre, en cumplimiento del convenio suscrito entre el Obispado de Mallorca y el Consell, el contenido del cepillo se reparte al 50% entre la institución insular y los responsables del templo, según explica el prior Jaume Rovira.
El procedimiento de la apertura de la caja que contiene los donativos que se ofrecen a La Sang obliga a la presencia de tres personas, en representación del Obispado, la Prohomonia de La Sang y, por último, del propio Consell de Mallorca. El ritual obliga a un escrupuloso control sobre la recaudación del cepillo, tal y como advierte Rovira.
El prior de la iglesia de la Anunciación indica que «en cumplimiento del convenio nosotros dedicamos las cantidades que tenemos asignadas al mantenimiento del templo», y que además de los costes derivados de la gestión -limpieza, luz, seguridad...- «también acometemos obras más costosas, como la rehabilitación de los tejados y otras obras de mantenimiento en el edificio. Los excedentes se destinan a Cáritas». En la iglesia se lleva un detallado apunte contable de todos estos ingresos, de los que se informa y justifica al Obispado de Mallorca.
Restauraciones
Por lo que hace referencia al Consell, el convenio vigente con el Obispado de Mallorca le obliga a destinar las cantidades que recibe del cepillo de La Sang a trabajos de conservación de obras religiosas.
Desde el Consell no se ha detallado el destino final a las que se han dedicado estos fondos, aunque la institución corrió con los gastos de restauración de la imagen del Sant Crist, que quedó destrozada por el ataque sacrílego de que fue objeto por parte de un perturbado en diciembre de 2002.
Recordando aquel episodio, Jaume Rovira apunta que «las recaudaciones son muy variables y no siguen una pauta concreta. Cuando la imagen se tuvo que retirar para su restauración las recaudaciones experimentaron un descenso considerable».