Todo estaba previsto ayer para que el ministro de Economía, Luis de Guindos, tratara en detalle con los responsables de los grupos bancarios BMN (en el que está englobado Sa Nostra), Liberbank, Ibercaja y Unicaja, el proceso de fusión entre todos ellos, pero en el último momento se canceló por decisión propia del Gobierno, lo cual pilló de sorpresa a sus presidentes, entre ellos Carlos Egea (BMN), grupo del que procede el ministro antes de ser fichado por Mariano Rajoy.
El objetivo del Gobierno es lograr que estos cuatro grupos bancarios, que están inmersos todavía en procesos de absorción con otras cajas, se fusionen en su conjunto o lograr, como mínimo, uniones dos a dos, en el que BMN estaría con Liberbank y Unicaja con Ibercaja.
Bankia
Fuentes bancarias madrileñas apuntan que la nacionalización de Bankia y el temor a que con los nuevos procesos de fusión, que están más que forzados en plazos y ejecución de los mismos, el Gobierno no quiere verse envuelto en más nacionalizaciones bancarias, de ahí que impere como estrategia buscar la solvencia y viabilidad de estas fusiones.
Sa Nostra, que cuenta con el 13% de BMN, en el nuevo mapa de fusiones bancarias, lógicamente vería reducida su participación accionarial y presencia en el futuro consejo de administración, lo cual mermaría su capacidad de acción. El presidente de Sa Nostra, Fernando Alzamora, ya manifestó hace un par de semanas que, pase lo que pase, «la obra social de Sa Nostra está garantizada, porque disponemos de activos propios para que así sea».