Tomeu Amengual, miembro de la asociación Jubilats per Mallorca, lleva quince días en huelga de hambre en protesta por «los ataques» del Govern balear a la lengua catalana, pero su estado de salud no es bueno y se deteriora día a día, por lo que es muy probable que la Junta Directiva de la asociación tome la decisión hoy de que abandone el ayuno.
Amengual tomó el relevo de Jaume Bonet, que estuvo en huelga de hambre casi un mes, justo después de la gran manifestación en favor de la lengua que se celebró en Palma el domingo 25 de marzo, y a día de hoy padece un insomnio total y «me encuentro más débil cada día. Apenas puedo beber la mitad de la cantidad de agua que el médico me aconseja beber para que el cuerpo pueda aguantar, que son dos litros diarios, porque me hace vomitar», reconoce.
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Tumbado y sin apenas poder hablar, este jubilado pasa los días siempre en compañía de otras personas, de diversos ámbitos de la sociedad, «aunque no he sabido nada ni ha venido a verme nadie del Govern», ni tampoco de la Iglesia, apunta como curiosidad.
Quien sí le visitó ayer lunes fue Jaume Bonet, «que tiene mejor aspecto, pero aún se cansa mucho y le cuesta mantener conversaciones».
Amengual está dispuesto a dejar la huelga hoy mismo, «pero sólo si la asociación así lo decide», porque no cree que su cuerpo pueda aguantar muchos días más y porque pretende seguir ayudando a la causa mediante otras acciones», «por lo que quiero dejarlo antes de que mi recuperación vaya a ser demasiado larga y no pueda hacer nada en mucho tiempo. Me hace ilusión recuperar las energías y poder dormir», explica.
Sus ánimos están en mejor forma que su cuerpo y seguiría si no fuera por «esta sensación de debilidad».
Cuando él haya dejado el ayuno no cree que ninguna otra persona le tome el relevo y aseguró que la asociación sigue contando con muchos apoyos y que mantendrá su lucha contra la política lingüística del Govern mediante otras acciones.