Cada vez hay más catalanes en las Islas y menos murcianos y castellano-manchegos. Los datos del padrón reflejan cambios sutiles en la inmigración hacia las Islas que han sido constantes desde el año 1996, el primero en el que el Instituto Nacional de Estadística aplicó la nueva metodología en los estudios de población.
Los anadaluces siguen siendo la población mayoritaria que ha emigrado a las Islas procedente de la península. Desde el año 1996, su número se ha incrementado un 9,3 por ciento. En aquel año, catalanes y castellano manchegos estaban casi empatados. Había 22.967 ciudadanos procedentes de Cataluña y 20.930 de Castilla-La Mancha. Quince años después, el panorama ha cambiado radicalmente. El número de castellano-manchegos ha descendido un 3,77 por ciento mientras que la presencia de catalanes se ha incrementado un 51,41. En 2011 es el segundo colectivo inmigrante más importante: 34.776 ciudadanos de Cataluña vivían en las Islas.
Además de la población castellano-manchega también ha descendido el número absoluto de murcianos que viven en las Islas. De los 9.569 que vivían en las Islas en 1996 ahora hay 8.460. En su casos el descenso ha sido del 11,7 por ciento.
Los cambios en las pautas de la inmigración desde la Península hacia las Islas también afectan a los madrileños. En estos momentos hay un 75 por ciento más que hace 15 años de forma que el colectivo de naturales de la comunidad de Madrid ha pasado de 11.771 a 19.403.
La inmigración tradicional a las Islas de andaluces, murcianos y castellano-manchegos, por tanto, está mudando hacia una inmigración de catalanes y madrileños.