Jaume Bonet, el jubilado de la Asociación Jubilats per Mallorca que se encuentra en huelga de hambre desde hace ocho días para protestar contra la política lingüística del Govern, ha aseverado que esta huelga «no tiene límite» y ha afirmado que «no quiere morir», pero que «se arriesgará».
En declaraciones a Europa Press, Bonet -de 64 años- ha señalado que para los «ataques frontales» a la lengua de las islas, se necesitan «remedios radicales» y ha tachado de «colonialista» cualquier decisión que anteponga una lengua de fuera a la propia de Baleares.
Por otra parte, el jubilado ha indicado que otro miembro de la asociación, Tomeu Amengual, se sumará en unas semanas a la huelga de hambre y ha recordado que él necesitó un periodo de cuatro semanas de preparación para aguantar la exigencia de esta iniciativa.
En este sentido, Bonet -que ha asegurado que con la Ley de Función Pública se perderán el «mallorquí, el menorquí, l'eivissenc y el formeterer"- ha explicado que un médico comprueba de dos a tres veces por semana su estado de salud.
Apoyo de CGT-Balears
Por su parte, la plataforma CGT-Balears ha mostrado mediante un comunicado su «apoyo y solidaridad» a Jaume Bonet y a Jubiltats per Mallorca porque luchan «contra la política lingüicida de la derecha neo-franquista del PP».
De esta forma, CGT-Balears ha recalcado que el PP «acorrala y desprecia» la lengua de las islas y ha asegurado que se adherirá a todas las iniciativas ciudadanas que defiendan la cultura de Baleares.