Los técnicos del Ajuntament de Palma y del Consell de Mallorca discrepan sobre si se debe recurrir o no la sentencia que anula el acuerdo de catalogación del edificio Gesa. Así quedó de manifiesto en la reunión que mantuvieron ayer los técnicos y políticos de ambas instituciones.
El alcalde Mateo Isern reiteró que aún no se ha tomado una decisión al respecto, pero puntualizó que «nadie descubrió los valores culturales del edificio Gesa hasta que no lo compró Núñez y Navarro». Así, en 2005 los técnicos del Consell de Mallorca aprobaron la modificación del Plan General en la que se contemplaba el derribo del edificio Gesa, mientras que en 2007 aprobaron su protección. Según ha podido saber este periódico, los técnicos de la institución insular temen que si no se recurre la sentencia y el edificio queda descatalogado, Núñez y Navarro pueda exigirles responsabilidades patrimoniales; los técnicos municipales siempre estuvieron en contra de la protección del inmueble.
No habrá un parque
A preguntas de uno de los asistentes al Forum Radio Mallorca, el alcalde puntualizó que en la fachada marítima actualmente no hay previsto un parque, sino el edificio Gesa, más dos edificios para equipamientos en los solares contiguos; antes también estaban previstos tres edificios, pero para uso residencial. «Que nadie se crea que allí habrá un parque», espetó. Además, advirtió que «no va a salir gratis», ya que hay 17 contenciosos interpuestos y «un problema de 100 millones de euros». En su opinión, «o Endesa o Núñez y Navarro se van a girar y a quién van a reclamar es a Cort». El alcalde explicó que sería un duro varapalo para las arcas municipales tener que desembolsar 100 millones de euros de un presupuesto consolidados de 535 millones de euros, de los que 34 son para amortizar deuda.
«Se ha acabado el tiempo de tomar una decisión sin tener en cuenta el coste económico», aseveró. Isern recordó que el PP llevaba en su programa electoral el derribo del edificio Gesa, por lo que «estaría legitimado para acometerlo». Sin embargo, aseguró que él es pragmático y «si tengo que hacer concesiones de creencias por el bien común lo haré; entre lo mejor para Palma o lo que más me guste a mí, optaré por lo primero».
Para finalizar manifestó que «la fachada marítima puede tener otras soluciones más fáciles, menos costosas y más viables», al tiempo que señaló que no sabe si «Palma se puede permitir mantener el edificio Gesa en el estado actual».