El número de titulares de la Renda Mínima d´Inserció (RMI) ha crecido un 65 por ciento desde el inicio de la crisis económica, al pasar de los 750 del año 2007 a los 1.964 del año pasado, y los beneficiarios de la misma se han multiplicado por cuatro (en 2011 fueron 4.666 personas, ante las 1.201 de cuatro años atrás). Lógicamente, el gasto destinado a esta ayuda también ha crecido notablemente, de los 2,1 millones de 2007 a los 5,6 millones que se destinaron en 2011.
Estas son las cifras que manejan desde el Institut Mallorquí d´Afers Socials (IMAS), donde se reconoce que estos últimos años ha habido una «sobresaturación de la demanda de RMI», aunque también se afirma que este año 2012 «se espera una ralentización de esta demanda, que seguirá subiendo, pero ya de forma más lenta», explica Octavio Cortés, coordinador del Área de Inclusió del IMAS.
Este Institut tiene presupuestado para este ejercicio el mismo presupuesto para la RMI que el año pasado, es decir 3,2 millones de euros, pero a sabiendas de que, como en 2011 y otros años, al final se deberán ir realizando aportaciones extraordinarias a medida que la demanda lo va exigiendo. De hecho, el gasto final en 2011 fue de 5,6 millones.
Desde el IMAS se confirma que la exclusión social profunda no ha aumentado apenas estos años, «sino que el golpe fuerte de la crisis ha afectado a personas que provienen de la clase media, personas que trabajaban en el sector servicios, en la construcción, inmigrantes, etc, por lo que la línea de actuación prioritaria es evitar que todas estas personas caigan más y acaben en la exclusión profunda». Esta es la razón por la que las peticiones de RMI se han disparado, «ya que es la herramienta más ágil para responder a las necesidades de los ‘nuevos pobres'».
La RMI es un subsidio para las personas que acrediten no tener otros medios de subsistencia y cumplan unos determinados requisitos. En las Islas no tiene una cuantía fija, pues depende de la valoración que hacen los técnicos en cada caso, pero el titular se compromete a realizar algún curso o actividad para su inserción laboral. Se concede por un año y luego se puede ir prorrogando de forma semestral.