Más de 12.000 personas participaron ayer en la 34 edición de la Diada Ciclista de Sant Sebastià, superando en cerca de 2.000 a los participantes de la edición anterior. A las 12.00 horas, el alcalde de Palma, Mateo Isern, dio la salida a los ciclistas concentrados en la Plaça de Cort y alrededores. El número de participantes fue tan numeroso que el último ciclista partió de Cort a las 12:45 horas, siete minutos después de que llegará al polideportivo de Son Moix el primer ciclista que realizó el recorrido completo.
Este año, y como novedad, actuó Jaume Anglada en el punto de salida de los participantes, se realizó la primera edición del concurso de fotografía Esportgràfica Ciclista y tuvo lugar una campaña de recogida de alimentos denominada ‘Operació Quilo de Sant Sebastià.
El buen tiempo acompañó y los participantes, grandes y pequeños, realizaron un recorrido que se inició en Cort y continuó por Plaça Santa Eulàlia, Sant Francesc, autopista de Llevant, avenida Antoni Maura, Es Born, Unió, La Rambla, Baró de Pinopar, Camí de Jesús, Salvador Dalí y Son Moix.
José, con 74 años, lucía orgulloso su ‘aviocar' en la séptima diada en la que participa con el mismo disfraz. «Llevo siete años seguidos con la misma bicicleta. Reclamo un premio a la constancia. ¿Que por qué disfracé la bici de avión?, pues porque estuve trabajando en el Servicio Aéreo de Rescate», afirma.
Junto a Jose, otros muchos ciclistas realizaron el recorrido completo luciendo divertidos disfraces. Algunos, incluso, se llevaron a sus mascotas hasta Son Moix.
Puntuales y muy numerosos. El grupo inscrito con un mayor número de participantes fue el integrado por alumnos del Sagrado Corazón, con 239 miembros. Otros, lucieron su disfraz individual, como Mateo y Pedro, de mexicano y pirata, y ambos con sus «bicicletas camufladas con ramas de olivo. Lola no lucía disfraz, pero iba acompañada de ‘Huma', su perrita, que ha participado en diez ocasiones en esta diada. «Se porta muy bien, como si estuviera en casa. Reivindicamos los carriles bici, hacen falta más y mejor montados», afirma.
Los participantes fueron llegando poco a poco a Son Moix, donde tuvieron lugar diversas actuaciones y exhibiciones. Entre ellas, música con exhibición de Zumba, castillos hinchables, atracciones infantiles, bici-trial y un espectáculo de bicicleta.
También acudieron Marina y Laura, disfrazadas de muñeca y de monja en su primera participación en el Diada Ciclista. Bernardino, con sus dos banderas, la de Baleares y la española, partió desde la calle Colón. «Llevo las dos banderas: la de España, porque me siento muy español, y la de Baleares porque no quiero que ninguna isla se sienta discriminada. Hay que defender los dos sistemas», afirma.
Un grupo de amigos (Paula, Marcos, Aina, Aina y María), esperaban al final de la calle Colón a que dieran la salida. Con globos en la cabeza en forma de cuernos simbolizaban varios ‘dimonis'. Fue, en definitiva, una mañana festiva y deportiva donde todos, hasta los más pequeños de la casa, tuvieron la oportunidad de sumarse a la diada.