Clientes que no dejan pasar por alto los regalos de Navidad y, cómo no, curiosos atrapados por la crisis económica dieron vida ayer a las calles comerciales de Palma, que vivió el último de los ocho festivos en los que la ley permite abrir en 2011.
Una ley a puertas de experimentar cambios, ya que el Govern y la asociación del pequeño comercio, Pimeco, buscan un acuerdo para flexibilizar la apertura comercial.
El 18 de diciembre, uno de los festivos de mayor interés comercial, contó con unas declaraciones nada prometedoras de los representantes del comercio Pimeco y Afedeco, que destacaron la dificultad de alcanzar las ventas de 2010.
Bernat Coll y Bartomeu Servera afirmaron ayer que «aunque diciembre es el mejor mes del año, las ventas no han empezado nada bien».
Tampoco esperan que los resultados de Navidad arreglen «la baja actividad del año».