«Este es el primer buque de la Armada con todos los sistemas monitorizados y con control de personal mediante un chip en tarjeta, para agilizar la gestión», indica el capitán de corbeta David Fenández-Portal Díaz del Río, a bordo del nuevo patrullero oceánico Meteoro.
Esta es una de las novedades que introduce esta unidad del siglo XXI, de fabricación nacional en un 95 por ciento y destinada a sustituir a los buques más antiguos.»Todos los sistemas están monitorizados, pero éste no es un buque de combate, sino de autodefensa y disuasión», puntualiza el comandante al señalar que su cometido se centra en luchar contra los tráficos ilegales, la amanaza terrorista, la piratería o la contaminación.
Para ello cuenta con dos lanchas rígidas inflables antibalas con dos motores de 260 C.V., que van ocultas al exterior y se botan al levantarse unas persianas automáticas. Además de tres helicópteros, también puede embarcar vehículos aéreos no tripulados.
Por lo que se refiere al armamento, junto al cañón Oto Melara antibuque y antiaéreo, dispone de piezas teleguiadas por láser que se disparan desde el centro de control digitalizado del interior, sin exponer a los artilleros al fuego enemigo. Aunque la dotación mínima es de 35 tripulantes, puede doblarse según la misión, o añadir otras 80 personas en evacuación. Prevalece la calidad de vida a bordo, la eficiencia energética y el respeto medio ambiental, ya que es un ´buque verde´.