Lo jóvenes peregrinos mallorquines que han participado en Madrid en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) hacen un balance «positivo» de la experiencia, aunque, en alguno casos hablan de «frustración» al no haber tenido acceso a la vigilia de Cuatro Vientos y no haber podido ver en directo a Benedicto XVI.
Rafael Mas, delegado de la Pastoral de Joventut, explicó ayer a este periódico que «la experiencia ha sido muy positiva porque hemos convivido durante días -de martes a sábado- con jóvenes de todo el mundo».
Mas reconoce que «aunque no pudimos acceder a la zona de la F4, a pesar de contar con la pertinente acreditación, vivimos la vigilia desde las inmediaciones del aeródromo» y pudieron seguir el acontecimiento «a través de las pantallas gigantes instaladas en el recinto».
Por su parte, para Javier González, que viajó a Madrid junto con su mujer y un amigo, la sensación ha sido de «frustración» por cuanto «a pesar de contar con acreditación no pudimos acceder a la zona porque la Policía Nacional nos denegó el acceso» debido a que el aforo estaba lleno de gente «con y sin acreditación».
A pesar de la frustración y del hecho de no haber podido participar en la vigilia, «ya que al poder entrar en el recinto decidimos volver a Madrid y seguir los actos por la televisión», tal y como explica Javier González, no resta importancia a los acontecimientos vividos. «Nosotros somos creyentes y como tal hemos vivido estas jornadas, ha sido muy bonito», apostilla González.
Muchos mallorquines, entre los que había integrantes de la comunidad china católica presente en Mallorca y algunos sacerdotes nigerianos afincados en la isla, tuvieron dificultades para acceder a Cuatro Caminos y siguieron la vigilia y las palabras del Papa desde las inmediaciones del aeródromo.