Un grupo de parados de larga duración, que no cobran ningún tipo de prestación por desempleo, procedentes del sector de la construcción y del transporte y con una media de edad de 45 años afirman que se sienten «engañados, decepcionados y deprimidos» porque el Govern Antich les prometió que, «a través de unas becas para parados de larga duración y con riesgo de exclusión laboral y social podríamos cobrar una ayuda mensual de 452 euros al mes y tendríamos la posibilidad de encontrar un puesto de trabajo y nos encontramos con que casi no hemos cobrado nada y no tenemos trabajo».
Así lo explican Juan Carlos Muñoz, Bernadí Coll, Tomeu Palmer y Richard Rojas, cuatro de estos parados a los que se les concedió la beca de formación.
La Conselleria de Treball i Formació presentó una serie de actuaciones dirigidas a fomentar el empleo entre las que destacaban las becas de inserción para personas desocupadas y sin prestación que realizaran cursos de formación. Cursos que se pusieron en marcha a través de la firma de un acuerdo con la Escola d´Hoteleria.
Testimonios
Tomeu Palmer, de 45 años de edad, que durante años ha trabajado en el sector del transporte y lleva más de tres años en paro, casado, sin hijos y con una hipoteca por la que paga 752 euros al mes, fue uno de los agraciados con las becas. «Me llamaron en marzo desde el Servei d´Ocupació de les Illes Balears (SOIB), allí me atendieron muy bien y me asesoraron para que eligiera un curso de cocina en la Escola d´Hoteleria», explica Palmer y añade que «el curso fue muy bien, aprendimos muchos, aunque ya desde el primer día empezaron las dudas sobre cuando se cobrarían las becas, que tiempo duraría la ayuda y si después podríamos tener trabajo o no».
Su compañero Juan Carlos Muñoz, de 52 años, trabajador de la hostelería, soltero y que paga 250 euros al mes por vivir en un piso compartido, afirma que eligió el curso de cocina para poder encontrar trabajo. «Durante las prácticas en el hotel -que tenían convenios firmados con el Govern para que después pudiéramos trabajar en ellos- ya nos dimos cuenta de que del trabajo prometido nada de nada, hicimos prácticas de todo menos de ayudante de cocina».
Mejor suerte ha tenido Richard Rojas, de 35 años de edad, divorciado, ex trabajador de la construcción, que paga una hipoteca de 350 euros al mes, gracias a la ayuda de su familia. «En el hotel en el que realicé las prácticas en julio me han hecho un contrato de un mes».
Suerte que no comparte Bernadí Coll, soltero de 51 años, que paga 255 euros al mes por una habitación y que procede del sector del transporte. «Terminada la teórica y la práctica en un hotel otra vez nos hemos quedado sin posibilidad de trabajo», afirma.
Los cuatro sostienen que están molestos porque les prometieron que cobrarían la beca de formación durante cinco o seis meses y, de momento, «sólo hemos cobrado 122 euros correspondientes al mes de marzo y 344 de abril», explican y añaden que en la Escola d´Hoteleria les remiten al SOIB y en el SOIB «no nos dan ninguna explicación».
«Nos sentimos engañados y creemos que es la peor manera de burlarse de los desfavorecidos y de los pobres», añaden.