Familiares y amigos de Toni Planas, el piloto mallorquín asesinado en un atentado talibán en Kabul el pasado 28 de junio, han participado hoy junto a dirigentes políticos en el homenaje que le ha rendido el mundo de la aviación en el aeródromo de Son Bonet.
Manoli Cañadas, la viuda del piloto tiroteado en la capital afgana, ha recibido muestras de cariño y promesas de apoyo por parte de representantes de organizaciones del sector aeronáutico, así como del presidente del Govern, José Ramón Bauzá, del delegado del Gobierno, Ramón Socias, y del alcalde de Marratxí, Tomeu Oliver.
Con gran entereza, la mujer ha cerrado el acto ante las 80 personas congregadas con unas palabras referidas a la hija de 8 años de la pareja, Aina: «Espero que la princesita de Toni sea feliz a pesar de no estar ya a su lado».
Manoli ha agradecido las muestras de cariño recibidas y ha confiado en que las instituciones consigan que la familia reciba las ayudas correspondientes a víctimas del terrorismo, pese a que la ley que contempla el reconocimiento de los civiles asesinados fuera de España está aún pendiente de ser aprobada.
En este sentido, ha reflexionado en alto sobre la vulnerabilidad de cualquiera ante el terrorismo: «Toni podemos ser todos. ETA era lejana para mí, y lo de los talibanes ni os cuento...».
El piloto mallorquín, de 49 años, murió ametrallado por los terroristas que hace un mes asaltaron el hotel continental de Kabul cuando esperaba en la recepción para dirigirse al aeropuerto de regreso a casa, en la que era su última escala en la capital afgana antes de cambiar de compañía aérea.
Un antiguo compañero ha subrayado el «amor a la aviación» de Planas, quien comenzó a formarse como piloto ya cerca de la cuarentena y, tras integrarse en el sector con mucho esfuerzo, se vio obligado a marcharse a trabajar al extranjero después de que cerrara la aerolínea española en la que estuvo contratado.
Además, Planas fue un instructor de vuelo «dulce, amable y paciente», según ha recordado una antigua alumna, y que había completado su formación en la desaparecida escuela mallorquina Air Pal como el mejor de su promoción.
Varias personas, a título individual o en representación de entidades del sector aeronáutico, han destacado su tesón, su calidad humana y su dedicación profesional, y también algunos han lamentado el poco aprecio social por los pilotos y las dificultades del sector que están obligando a muchos a buscar trabajo fuera de España.
Miguel Buades, presidente de la entidad promotora del homenaje, la Fundación Aeronáutica Mallorquina, ha prometido que la próxima distinción al mérito aeronáutico de la organización se concederá a Planas a título póstumo, mientras que el alcalde de Marratxí, municipio del que era su familia, ha anunciado que se nombrará una calle en su honor.
Durante el acto, compañeros a los mandos de cinco avionetas y dos helicópteros han sobrevolado el jardín del aeródromo de Son Bonet en señal de homenaje, y, antes de la viuda, han intervenido el delegado del Gobierno y el presidente del Govern.
Socias se ha comprometido a ayudar a la familia de Planas en todo lo que puedan necesitar y Bauzá ha asegurado que el Govern hará «lo máximo» para que Manoli y su hija pequeña no pasen dificultades.