Operarios del departamento de carreteras del Consell de Mallorca trabajan entre las diez de la noche y las seis de la mañana para cumplir los plazos que se había marcado para concluir las obras de la vía de cintura, y que en estos momentos afectan al enlace entre Valldemossa y Génova.
El presupuesto es de 15 millones de euros.
Las obras llevan más de un año, ya que se trata de un proyecto de envergadura, según fuentes de la institución insular que indican que en todo proyecto puede haber algunos retrasos.
La idea inicial era que se hubieran podido terminar en abril.
En estos momentos, las obras principales consisten en la colocación de señales, capa de rodadura antideslizante y, además, se procede a la pintura y a la señalización vertical.
Estas obras han suscitado algunas quejas de usuarios que piensan que ese están prolongando demasiado.
Incluso se cierran, por la noche, la zona de acceso a Valldemossa. Desde el Consell se insiste en que resulta inevitable.
Menos velocidad
El relevo político también ha afectado al departamento de carreteras pero no ha habido ningún cambio en los servicios técnicos.
Tampoco afectará a la planificación y desarrollo de esta obra, una de más ambiciosas y que se financia con cargo al convenio de carreteras.
La obra está prácticamente terminada. Hace unos meses, desde la UTE encargada del proyecto se indicaba que éste se desarrollaba en dos fases y que la primera iba del puente de Sóller hasta el enlace de Son Rapinya, en este tramo el tercer carril.
En el tramo en obras se puede ir a 80 por hora como máximo de día, y a 60 por la noche, pero no todos los conductores lo respetan .
Aún así, según el Consell destaca que «las medidas de seguridad que estamos tomando son ejemplares, estamos gastando mucho en señalización y ni en Europa hay unas medidas así».
Por otro lado, el nuevo equipo de carreteras está pendiente de resolver una cuestión polémica: como resolver el proyecto de vía conectora. Los nuevos responsables se reunirán con los afectados y se atenderá a criterios técnicos.