El director regional de Aena en Baleares, Tomás Ferrer, ha afirmado, durante su declaración como testigo ante el juez, que se dio de baja del la Unión Sindical de Controladores Aéreos (Usca) un mes antes de que se produjesen las bajas masivas del pasado 3 de diciembre, si bien ha manifestado que pese a haber formado parte del sindicato hasta tan sólo unas semanas antes, no había oído «ningún rumor» de posibles medidas de presión por parte de los controladores. «No sospechaba que pasaría lo que pasó», ha asegurado.
En su comparecencia de más de tres horas ante el titular del Juzgado de Instrucción número 1, Juan Catany, el responsable de Aena ha incidido en que antes de abandonar la entidad no había recibido ninguna propuesta de acción contra Aena como tampoco había escuchado comentarios de los controladores, que «me evitaban y me evitan», según ha manifestado.
Fue al mediodía cuando al irse a comer a un restaurante próximo al aeropuerto de Son Sant Joan, ha relatado, recibió una llamada que le avisó de que los controladores estaban presentando escritos de incapacidad psicofísica. «Casi todos los viernes desde el febrero anterior se habían producido incidencias, por lo que el ir a comer con los jefes de recursos humanos y otros no fue excepcional», ha aseverado.
«Nadie me dio ninguna explicación sobre lo que estaba ocurriendo»
Tras ello, fue constituido un comité de crisis en la sala de juntas y conforme los controladores iban firmando la declaración jurada de incapacidad, «el jefe de sala fue adaptando la configuración de sectores al número de efectivos que iban quedando y, consecuentemente, adaptando la capacidad del espacio aéreo al despliegue de sectores». En este contexto, Ferrer ha manifestado que en un momento dado le llamó el coronel jefe de la base aérea para informarle de que el Gobierno estaba militarizando el espacio aéreo.
A partir de ese instante, el responsable de Aena ha explicado que desde la empresa pública remitieron una nota informativa sobre el estado de emergencia decretado para que fuera entregada a los controladores, pero ha aseverado que algunos «se negaron a recibirla» e incluso, tal y como le comentaron, uno de ellos «tiró el papel».
«Nadie me dio ninguna explicación sobre lo que estaba ocurriendo», ha puesto de manifiesto el testigo, recordando sin embargo que no la buscó porque «los compañeros no me hablaban y su actitud hacia mí era hostil», e incluso dos controladores le habían planteado meses antes que «presentara mi dimisión», ya que «sería de gran ayuda».
Respecto a los servicios médicos de aquella tarde en el centro, el director ha recordado que no derivaron a ninguno de los controladores ni al hospital ni a los médicos de cabecera.
250 afectados en Balears estarán personados en el proceso
Por otro lado, la acusación particular que representa a los más de 8.000 afectados por el cierre del espacio aéreo, ha anunciado que prevé personarse en las pesquisas que instruye el Juzgado de Instrucción número 1 en nombre de 250 afectados de las islas, tal y como ha señalado el abogado Luis Vericat, socio del despacho Cremades & Calvo-Sotelo, a su salida de la sala de vistas en la que ha tenido lugar la declaración del director regional de Aena.
Cabe recordar que la semana pasada, por su parte, el jefe de división de recursos humanos de Aena en las islas afirmó ante el juez que, antes de que éstos abandonasen de forma masiva sus puestos, uno de ellos le hizo un comentario «jocoso» al decirle que estuvieran preparados ante lo que «podía venir», lo que supuso que se refería a las bajas simultáneas que tendrían lugar horas después.
Así lo también de manifiesto ante el magistrado encargado de las investigaciones dirigidas a averiguar si los controladores incurrieron en delito al abandonar sus puestos, lo que achacan al estado de «nerviosismo» en el que se encontraban ese día debido al decreto aprobado por el Gobierno central por el que se modificaban sus condiciones laborales.