Estudiantes, profesores, informáticos, ingenieros, parados, jubilados... son solo algunas de las profesiones de los 'indignados' que se encuentran acampados en la Plaça d´Espanya de Palma desde el pasado 17 de mayo. En estas tres semanas han pasado de ser 45 acampados el primer día, a 110 el segundo y 445 el tercer día. Actualmente son unos 70, pero saben que cuenta con el apoyo de gran parte de la sociedad, del 75% según el CIS. Los 'indignados' se resisten a abandonar sus reivindicaciones y lejos de rendirse apuestan por reorganizarse. Así, al cierre de esta edición permanecía reunida la asamblea en la que se iba a proponer si se reducía en número de personas acampadas en la plaza y, por tanto, las infraestructuras. Otro de los puntos que se abordaron en la asamblea del Movimiento 15-M fue el de organizar una manifestación para el 19 de junio.
Desbarajuste
El objetivo que persiguen con estas protestas, que se hacen especialmente duras los días de lluvia, es denunciar «la actual situación de desbarajuste económico y político del país», explica una de las 'indignadas', que no quiere dar su nombre porque considera que ninguna persona tiene que destacar sobre las demás. Sí explica que es profesora de Secundaria y cada día vuelve a la plaza después de su trabajo. Aunque es una de las afortunadas que tienen trabajo se solidariza con los que no lo tienen, al tiempo que considera que tarde o temprano le terminará afectando. Los jubilados también aportan su granito de arena. Así, han constituido su campamento junto a los jóvenes, a los que asesoran y dan consejos.
No todos duermen allí. Unos porque son menores de edad y sus padres no se lo permiten, otros porque tienen hijos pequeños, etc.
Sin embargo, todos tienen el objetivo común de «hacer posible una democracia real, participativa». Los 'indignados' descartan constituirse como un partido político. Pese a ello, están demostrando que saben cómo organizarse y respetan al máximo los valores de la democracia.