El ex gerente del Consorci d'Informatica Local de Mallorca (CILMA) Eugenio Losada negó ayer ante la juez instructora del 'caso Voltor', Carmen Abrines, y el fiscal anticorrupción Miguel Àngel Subirán, que hubiera participado en «amaños» en un proyecto por valor de un millón de euros para ofrecer información turística con tecnologías avanzadas mediante un sistema de reconocimiento interactivo de voz (IVR).
Defendido por la abogada Francisca Pol, el ex gerente del CILMA insistió en que se involucró «de lleno» en ese proyecto porque «costó un dineral y no quería que fracasara», subrayó.
Consellers
Dijo que el proyecto fue adjudicado tras un convenio de colaboración suscrito por el ex conseller de Turisme Francesc Buils y el ex conseller insular de Economía i Hisenda Miquel Àngel Flaquer.
Asimismo, señaló que en 2006 se había realizado otro concurso propuesto por Buils y al que se presentaron cinco empresas de toda España, de las que Minser resultó adjudicataria.
Losada admitió, también, que había aceptado lo que denominó un «regalo» de 30.000 euros de la empresa Minser por ese proyecto, pero recordó que ya había devuelto el dinero mediante una consignación judicial. Dijo que esa misma cantidad, según Escuer, la percibieron Buils y Minser.