Como ya resulta tradicional, un nutrido grupo de personas se reunieron ayer por la tarde en Pòrtol para dar el último adiós a los carnavales en forma de entierro de la Sardina.
El día empezó pronto para los organizadores de esta 19 edición, voluntarios de la asociación de personas mayores Es Turó. A las 8 de la mañana un animoso grupo de colaboradoras ya estaba limpiando los 112 kilos de sardina que se ofrecerían a los participantes de la fiesta de la tarde, después de pasar toda la mañana friendo el pescado.
A las seis y media la comitiva integrada por banda de música, sacerdote y monaguillos -todos féminas-, representación política, plañideras y demás acompañantes, salió del local social del Turó para recorrer diversas calles de la población en medio de los aplausos de los espectadores.
Al cabo de una hora de recorrido se llegaba a la plaza de can Flor, donde ya esperaba el fuego purificador de la hoguera. Parlamentos de la presidenta del Turó, Francesca Rigo, y del batle de Marratxí, José Ramón Bauzá, el cual dio el correspondiente permiso para el llamado «entierro», aunque es más real hablar de cremación. Mientras la trompeta hacía sonar las notas de «El silencio» los portadores de la sardina daban dos vueltas a la hoguera para terminar echándola al fuego. Luego, cena. Las mencionadas sardinas, «coques» saladas y dulces y bebidas diversas, todo previsto para unas 800 personas.