Maria Antònia Munar llega a la entrevista con un pañuelo blanco para ocultar los efectos de la quimioterapia. No esconde la gravedad de su enfermedad y asegura que superarla es ahora mismo su máximo y casi único objetivo. Munar, además, lo deja muy claro: No se siente responsable de la disolución de UM.
-Muchas personas me decían en los últimos meses que usted se encontraba muy mal de salud. ¿Cómo está en realidad?
-Tengo cáncer de mama, un carcinoma ductal infiltrante, triple negativo; y estoy luchando con todas mis fuerzas, con la ayuda del equipo médico que me atiende y de cuya profesionalidad y calidad humana estoy admirada y muy agradecida. Un golpe así te cambia la vida radicalmente. Ahora sólo pienso en superar el cáncer.
-¿Cuándo le diagnosticaron la enfermedad?
-A principios de octubre. Experimenté una situación de bloqueo que jamás había vivido antes. Tengo miedo y vivo con cierta angustia, pero trato de llevar la enfermedad con dignidad sin ser una carga para nadie.
-¿Ha pensado en la muerte?
-Por supuesto, cuando te hablan de cáncer piensas en la muerte. En Mallorca se hace referencia al cáncer como un mal dolent y la misma palabra cáncer es tabú. Afortunadamente, hoy es una enfermedad tratable y se puede superar. Si Dios quiere, me curaré y saldremos adelante.
-¿Qué tipo de tratamiento le hacen?
-Quimioterapia en una clínica de Palma para reducir el tumor, que permita hacer una cirugía más conservadora; y tras la extirpación, habrá que hacer radioterapia. Este tratamiento tiene secuelas evidentes, como la pérdida del cabello, de visión, cansancio y me impide hacer una vida normal, como desearía.
-¿Qué esperanzas de curación le han dado?
-Cuando se trata de salvar la vida, la esperanza es lo más importante. Las estadísticas son frías y hay posibilidades de no superarlo.
-Lleva algo más un año alejada de la política. ¿Ha perdido muchos amigos durante este tiempo?
-Los amigos de verdad no se pierden nunca en estas circunstancias, sino que se refuerzan. De lo contrario, está claro que no son amigos. Prefiero quedarme con los que han demostrado serlo y que están cerca de mí, mostrándome su cariño y su apoyo.
-¿Se ha llevado muchas decepciones a nivel personal?
-Tengo la sensación de haber tenido una vida muy intensa y creo haber hecho muchas cosas por Mallorca, para la protección del medio ambiente, para reforzar nuestras señas de identidad como pueblo, en materia cultural y de lengua propia, pero hay gente que no lo valora y que, por el hecho de haber dirigido un partido capaz de llegar a acuerdos con unos y con otros, me tienen mucha antipatía. Quizás por eso ahora tengo los problemas judiciales que tengo. Pero no guardo rencor hacia nadie. Sé que la Justicia aclarará las cosas.
-¿Cómo valora la muerte de Unió Mallorquina y la creación de un nuevo partido?
-No puedo opinar con fundamento, solo diré que siento una profunda tristeza.
-¿Se siente responsable de la desaparición de UM?
-En absoluto. Al contrario, estoy muy orgullosa de lo que hicimos cuando fui la presidenta, pero quiero recordar que dejé de serlo en 2007 y por tanto no tengo nada que opinar ni podría hacerlo con conocimiento de causa porque, repito, no sigo las noticias ni leo la prensa. Soy una ciudadana más y estoy apartada de la política.
-Después de lo que se ha vivido durante esta legislatura, ¿cree que se equivocó al pactar con los socialistas?
-Pactamos con el PSOE porque existía una demanda persistente, desde el ámbito empresarial, social y político, para que coincidieran los Gobiernos de Madrid y Balears. Era una oportunidad para Balears.
-¿Es consciente de que aún ahora se insiste en la teoría de que usted pactó con el PSOE a cambio de un blindaje judicial que supuestamente negoció con Rubalcaba?
-Esa tontería solo la mantiene un periódico que lleva más de 25 años difamándome y mintiendo sobre mí, sobre mi familia y sobre mi entorno. Es absurdo. Yo jamás he negociado nada con Rubalcaba. No tengo nada que blindar porque nada tengo que esconder. Siempre he colaborado y seguiré colaborando con la Justicia.
-¿Le entregó 300.000 euros a Nadal en un coche oficial para comprar la productora Video U?
-Lo niego rotundamente. Ni 300.000 euros ni cantidad alguna. Ni en un coche ni en ningún otro sitio. Jamás. No tengo nada que ver con Video U ni con Miguel Oliver.
-Si las acusaciones de Miquel Nadal contra usted son falsas, ¿por qué decidió dimitir de su cargo de presidenta del Parlament?
-Porque no pensé en mí, pensé en el Parlament. Y por responsabilidad no podía permanecer en el cargo. El president Antich se hubiese visto obligado a disolver la Cámara y convocar unas elecciones anticipadas que nadie quería.
-¿En qué momento empezaron las malas relaciones entre Miquel Nadal y usted?
-En 2003, como se sabía que no me iba a volver a presentar, se desató una lucha interna por el control del partido. Miquel Nadal utilizó la campaña de Palma para hacerse fuerte e iba por libre. Eso fue un foco de problemas y roces personales que se agravaron cuando no pudo ser alcalde de Palma.
-¿Sospechó en algún momento que UM compró votos en Palma?
-Jamás. Nunca estuve al corriente de irregularidades ni en Palma ni en la Part Forana. Es cierto que hubo informaciones periodísticas que me parecieron rocambolescas (un voto, un jamón). He sido candidata en 16 ocasiones y en distintas instituciones y nunca hubo denuncias de compra de votos. ¿Por qué iba a hacerlo o a consentirlo en 2007, que eran mis últimas elecciones?
-¿Se equivocó al apostar por Nadal para presidir UM cuando usted decidió abandonar?
-Miquel Nadal era el único candidato e hicimos un último esfuerzo para evitar la ruptura en el partido.
-¿Mantenía algún tipo de control sobre el partido tras dejar la presidencia de UM?
-No. En absoluto. Me fui porque quise y siempre he sido muy respetuosa con las decisiones de los órganos del partido. En ningún momento he tenido el más mínimo interés ni de volver ni de controlar nada.
-¿Presionó desde su puesto político para que beneficiasen a la doctora Carrasco desde la Conselleria de Turisme?
-No. La ex pareja de la doctora Carrasco ha utilizado mi nombre y ha mentido a un medio de comunicación para perjudicar a su mujer porque le dejó fuera del negocio. He sido paciente de la doctora Carrasco durante muchos años, la recibí en el Consell como a tantos miles de ciudadanos y entidades que presentaron ideas, pero en este caso no teníamos competencias en Turismo y no se hizo nada. No influí en nada para lo que, años después, parece que llevó a cabo para la Conselleria de Turisme.
-¿Qué pronóstico hace de las próximas elecciones?
-No estoy en el día a día de lo que sucede en el ámbito político y no puedo aventurarme a hacer pronósticos.
LA VIDA LEJOS DE LA POLÍTICA
-¿Cómo lleva la familia los problemas judiciales y de salud que tiene desde hace un año?
-Están preocupados, pero lo primero es la salud. Mis abogados se encargan de los temas judiciales y yo, con el apoyo y la comprensión de mi marido y los cuidados de mi madre, me ocupo de lo más importante: luchar contra el cáncer.
-¿Qué tipo de vida hace desde que se retiró de la política?
-Es conveniente que recuerde que empecé a preparar mi retirada después de las elecciones de 2003, cuando me diagnosticaron un tumor no cancerígeno y del que, por no cuidarme, tuve que ser intervenida de urgencia a finales de 2005. Entendí que la política no lo era todo y anuncié que no me volvería a presentar, delegando en mis colaboradores. Lo logré en Costitx y en el partido, pero me vi forzada por las batallas internas a presentarme de nuevo en el Consell y en el Parlament. Quería ocuparme más de mi familia, aunque el cáncer ha trastocado mis planes. Paso muchas horas en casa.
-¿Está al corriente de la actualidad política?
-Me mantengo bastante aislada y procuro no leer la prensa ni ver las noticias. Mi estado de salud y de ánimo no me permite seguir la actualidad, porque es un factor muy estresante y me causa ansiedad. Pero sí estoy al corriente de los acontecimientos de estos últimos días.
-Después de lo que ha vivido, ¿se equivocó al no abandonar la política al terminar la pasada legislatura?
-Seguramente que sí, visto el resultado. Pero lo hice para evitar la fractura interna que se adivinaba en Unió Mallorquina.