El Ajuntament de Palma ha calificado de ´infracción grave´ la tala masiva de masa arbórea en el antiguo jardín botánico del mini golf de Cala Major.
Cort desmiente asimismo la versión de la empresa encargada de los trabajos de limpieza del solar sobre su pretendida legalidad y afirma que solamente había concedido autorización para la ´formación de jardines´. En este sentido, y en función del informe del celador realizado sobre el terreno, fuentes municipales indican que esta actividad ha infringido el artículo 39 del PGOU y el artículo 2 de la ley 10/90 de Disciplina Urbanística, por lo que que se instruirán las sanciones correspondientes. A tal efecto, la Policía Local estableció un dispositivo de vigilancia continuada para evitar más daños a los árboles supervivientes.
Por su parte, la Asociación de Vecinos de Cala Major se manifestó ayer con dos pancartas frente al jardín y al bosque contiguo, exigiendo la salvaguarda de los árboles de la zona. Asimismo, su portavoz, Antonio Silva, presentó una denuncia de los hechos ante el Seprona de la Guardia Civil y ante la Consellería de Medi Ambient.
En la misma línea, Mariano Reaño, en calidad de miembro de la junta directiva de Amics de la Terra denunció esta actividad días atrás y ayer manifestó su agradecimiento a Cort por las gestiones realizadas, aunque lamentó que no se hayan tomado las medidas necesarias con antelación. «Deploramos que no se haya intervenido antes ya que hemos perdido un enclave único en Palma con árboles y plantas protegidas como el garballó, de más de 50 años de vida».
Como ya informamos en días pasados, la Asociación de Vecinos de Cala Major había solicitado en repetidas ocasiones la adquisición de este jardín a Cort para su conversión en parque público, dado su valor botánico y condiciones idóneas, con una mínima inversión para su adecuación, en una zona sin esponjamiento y carente de zonas verdes públicas.
Un pino singular centenario de tronco trifurcado, único en Palma, se ha convertido ahora en el símbolo de la resistencia vecinal ante la voracidad de las motosierras que han arrasado la mayor parte del jardín en unos días. Este ejemplar junto a algunos cipreses, palmeras, y un abeto junto con una gran casuarina son los últimos vestigios supervivientes del que fue uno de los jardines botánicos más hermosos de Mallorca.