El obispo de Mallorca, Jesús Murgui, presentó ayer la llegada a la Isla de la Cruz de los Jóvenes, como «un acontecimiento que causa conmoción en las personas de las diócesis por las que ha peregrinado», y basó su percepción en el hecho de que ese símbolo cristiano que presidirá el próximo agosto en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud «son los brazos más abiertos que se puedan imaginar para todos los seres humanos».
Eucaristía familiar
El prelado de Mallorca dio cuenta de las actividades conmemorativas de la estancia en Mallorca de esa cruz -3,8 metros de altura en madera- entre el viernes 18 y el martes 22, que mayoritariamente tendrán lugar en Palma pero también en Randa y Cura -donde quedará instalada una escultura con 53 cruces correspondientes a los municipios de la Isla-, y en Llucmajor, con una multitudinaria eucaristía familiar.
El delegado de Pastoral Juvenil, Rafel Mas, explicó que la cruz, bendecida y entregada en 1984 a los jóvenes de todo el mundo por Juan Pablo II «como símbolo del amor de Jesús a la humanidad», hubiera resultado «un regalo inocente si no hubiera tenido desde entonces tanta repercusión por la fuerza y el coraje que sus receptores le han dado en su vida cristiana, y ante todo en el carácter de integración social de sus actuaciones».
Rafel mas señaló también que entre el 4 y el 15 de agosto, fechas previas a la cita mundial de Madrid, llegarán a Mallorca miles de jóvenes procedentes de diversos países del mundo «que quieren conocer nuestra Iglesia y nos convertirán en Diócesis de Acogida Previa».
Por su parte, el artista Jaume Falconer, cuyos cuadros sobre el más universal de los símbolos cristianos estarán a partir de esta tarde expuestos en el claustro de Sant Francesc, es el responsable también del monumento 'Creu dels Creus', formado por 53 cruces que corresponden a la totalidad de los municipios de Mallorca, y que quedará permanentemente instalado en Cura, tras la bendición del obispo, que tendrá lugar el próximo domingo, 20 de febrero.