Los estanqueros de Baleares están registrando descensos en sus ventas de entre el 20 y el 25 por ciento desde que el pasado 2 de enero se implantó la nueva Ley Antitabaco, debido a diferentes factores como el hecho de que muchas personas están aprovechando esta nueva normativa para intentar dejar de fumar, lo que ha duplicado la venta de chicles de nicotina y cigarros electrónicos.
El presidente de la Asociación Provincial de Estanqueros de Baleares, Guillem Mas, ha explicado en declaraciones a Europa Press que la nueva normativa Antitabaco, unida a la subida de impuestos aplicada a este producto el pasado mes de diciembre, ha ocasionado que los estancos de las islas hayan dejado de recaudar entre un 10 y un 15 por ciento, si bien ha añadido que todavía es demasiado pronto para valorar las posibles pérdidas.
Por otra parte, ha apuntado al cambio de tendencia que se está llevando a cabo en relación a los fumadores a consecuencia de la crisis, como es el hecho de que muchos opten por adquirir tabaco más económico, como el de liar. En este sentido, ha apuntado que con un paquete de picadura de 17 gramos pueden elaborar una treintena de cigarrillos, lo que costaría unos dos euros, cuando la cajetilla normal oscila entre los 3,3 y los 4,25 euros.
Mas ha remarcado que han descendido las ventas tanto en los estancos destinados a la población estatal, como los que se encuentran situados en las zonas turísticas. Sobre estos últimos, ha indicado que antes los turistas se llevaban, debido a la diferencia de precio, el tabaco hasta su país de procedencia, si bien esta práctica ya no se lleva a cabo, según ha apuntado.
Así, ha augurado que «el horizonte» para los estancos de la comunidad «no es muy bueno» tras la subida de los impuestos o la aplicación de la Ley Antitabaco, aunque ha confiado en que no cierre ninguno pese a estas «consecuencias perjudiciales».
El presidente de la Asociación ha destacado que la bajada en las ventas en los estancos fue del 15 por ciento en 2010 hasta el mes de noviembre, en relación al mismo periodo del año anterior, porcentaje más elevado que el registrado como media en el resto del país (10%).
En otro orden de cosas, ha apuntado al «peligro» que posee este tipo de establecimientos con el contrabando de tabaco que, por el momento, ha señalado, en Baleares «se nota algo» aunque todavía no hay tanta presencia como en la Península. Según ha explicado, el tabaco de contrabando puede tratarse tanto de exportaciones alegales de otros países donde éste es más barato, como de cigarrillos falsificados.
Además, ha reiterado la posibilidad de que los estancos puedan vender alcohol con el objetivo de compensar las pérdidas registradas durante los últimos meses a raíz de las medidas impulsadas por el Ejecutivo central. Esta petición ha considerado que deberá ser retomada durante los próximos meses y prevé que sea una reivindicación que se efectúe a nivel nacional.
Cabe recordar que, desde la aplicación de la Ley Antitabaco, las farmacias de las islas prácticamente han duplicado la venta de chicles de nicotina y cigarros electrónicos y, también, han registrado un importante aumento de las consultas de información sobre este tipo de productos sustitutivos del tabaco.