Los bares, cafeterías y restaurantes de Balears pretenden crear en su interior clubes privados de fumadores, para lo cual ya han elaborado un proyecto pionero en España que presentarán la próxima semana al Ministerio de Sanidad, que consiste en la instalación de una plataforma giratoria que permitirá servir la bebida y la comida a los fumadores sin que los camareros deban tener contacto directo con ellos.
Así lo ha informado a Europa Press el presidente de la Asociación de Restauración de Pimem, Juan Cabrera, quien ha detallado que habrá una puerta diferente para entrar al local y al club de fumadores, de manera que ambos establecimientos estarán separados por una pared en la que se instalará la citada plataforma giratoria para servir los productos y cobrar el dinero de los fumadores que consuman en el bar, en la cafetería o en el restaurante, quienes estarán aislados y, por tanto, solicitarán sus pedidos mediante un micrófono.
Cabrera ha subrayado que han decidido crear un proyecto de club de fumadores, tras la «avalancha» de solicitudes recibida por la Asociación de Restauración de Pimem para poder construir estos locales en sus establecimientos considerando las exigencias de la Ley, como son el carecer de ánimo de lucro, personalidad jurídica propia y la prohibición de la entrada de menores de edad.
Así, ha detallado que diariamente, llaman entre 30 o 40 propietarios de bares y restaurantes interesándose por la creación de un club de fumadores, después de que se prohibiera fumar en sus locales tras la entrada en vigor el pasado 2 de enero de la Ley 42/2010, de 31 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo.
Una idea que cumple con la ley
Por ello, Pimen Restauración decidió solicitar a un aparejador que elaborara el citado proyecto, que, en estos momentos, está siendo estudiado por el departamento jurídico de esta entidad, si bien, en opinión de Cabrera, cumple todos los requisitos de la citada normativa, ya que «nos acogemos a lo mismo que se ha aplicado en los hoteles», donde se han creado zonas concretas para fumadores, siempre y cuando no tengan contacto con los trabajadores.
«El Ministerio de Sanidad tiene la batalla perdida», ha recalcado, al tiempo que ha subrayado que la creación de un club privado de fumadores es la única solución para responder al «enorme cabreo» de los empresarios de la restauración de Baleares, que desde la entrada en vigor de la Ley antitabaco, «han obtenido un 20 por ciento menos de beneficios», dado que han reducido su clientela.
En este sentido, Cabrera ha concretado que hay casos en los que algunos bares recaudaban diariamente entre 900 y 1.200 euros, y tras la prohibición de fumar, «sólo ganan entre 100 y 150 euros», por lo que ha advertido de que «con el tiempo, vamos a ver cómo se van a despedir trabajadores».
El presidente de la Asociación de Restauración de Pimem ha insistido en que su proyecto cumple estrictamente la Ley, que impide que en los clubes de fumadores haya productos para vender o se ofrezcan servicios de bebida o comida.
No obstante, ha precisado que antes de que los bares y restaurantes que así lo soliciten comiencen a crear un club de fumadores en su interior, se debe pedir permiso al Ministerio dirigido por Leire Pajín, que «tendrá un plazo de quince días para responder, ya que, en caso contrario, se entenderá que hay un silencio administrativo» y, por tanto, autorización para acometer este proyecto.
«Con esta iniciativa, no perjudicamos ni a los fumadores pasivos, ni a las personas que tienen el derecho de poder fumar y consumir lo que quieran», ha sostenido Cabrera, quien ha esperado que otras ciudades españolas también soliciten al Ministerio el permiso para crear los citados clubes privados de fumadores, una vez conozcan el proyecto pionero del archipiélago.
Denuncia judicial
Por otra parte, Cabrera ha anunciado que Pimem Restauración va a denunciar por la vía judicial al Ministerio de Sanidad, con el fin de que devuelva el dinero gastado por los propietarios de bares, cafeterías y restaurantes de más de 100 metros cuadrados que invirtieron para separar las zonas de fumadores y no fumadores, en virtud de la anterior Ley Antitabaco.
En esta línea, ha manifestado que los establecimientos que optaron por separar ambas zonas invirtieron de media entre 3.000 y 40.000 euros, que, según ha criticado, ahora ya no tienen sentido, teniendo en cuenta que la prohibición de fumar afecta a todos los espacios cerrados.