«Los controladores son una mierda... Aena también es una mierda. No se puede improvisar» contaba un grupo que finalmente volvió ayer a Palma desde Cancún, México. «Ya son muchas situaciones caóticas: cenizas volcánicas, huelgas del personal de limpieza, controladores, de seguridad... para seguir a salto de mata».
La historia comenzó cuando «una hora antes de aterrizar, el comandante nos dijo que nos desviábamos hacia Lisboa. ¡Imagina! Si ya nos avisaron el viernes desde Palma por SMS», decía otro.
«En Portugal pedimos comida o bebida y nos dijeron: 'Ya hemos hecho bastante con dejaros aterrizar'»
Como perdices
«La compañía fletó un autocar a Madrid, y menos mal. Por un coche de alquiler pedían ¡900 euros!».
Después de nueve horas de trayecto por carretera, «a las 02.30 horas de la madrugada del sábado al domingo llegamos a Barajas. Allí nos pusieron en una 'sala de cortesía', porque no había hoteles disponibles».
Cati, ponía el acento en que «en Madrid el trato fue bueno. Y fíjate que Barajas estaba a reventar». Otro miembro del grupo atacó directo: «Siempre pagan los mismos. No hay derecho, alguien tendrá que pagar esto».
Odisea desde Miami
Antoni Pol y Mari Moreno vivieron su particular odisea desde Miami. «Media hora antes de la llegada prevista a Madrid, el comandante notificaba que el vuelo procedente de EEUU debía ser desviado al aeropuerto parisino Charles de Gaulle».
La compañía aérea también fletó desde París autocares que salieron a las 04.00 horas y llegaron a Madrid a las 08.30 h.
«Lo de 'la vuelta a la normalidad' es mentira. No hay buena gestión, no hay protocolos. Barajas está (ayer) lleno de maletas amontonadas y de gente tirada. Nos han perdido parte del equipaje, no han hecho efectiva la reserva para volver a Palma».
«En lista de espera para volar a la Isla hay decenas de personas, así que finalmente hemos decidido alquilar un coche a Barcelona, por 210 euros, e ir a Palma en el barco que sale a las 23.30 horas. A ver si mañana (por hoy) llegamos a casa».