El portavoz del PP del Consell de Mallorca, Fernando Rubio, ha criticado el «caos» y el «impacto visual» que generan los accesos viarios al hospital de Son Espases, cuyas obras ha lamentado que se hayan realizado con «improvisación» y «falta de programación» por parte del equipo de gobierno del Consell.
Así se ha expresado Rubio en una comparecencia ante los medios de comunicación frente a los propios accesos, en la que ha estado acompañado por la consellera del PP Mabel Cabrer.
El portavoz ha indicado que su formación política apostaba por «otras vías» para descongestionar el tráfico de la ciudad de Palma con la realización de «otro tipo de accesos».
Cabrer, por su parte, ha calificado la infraestructura creada para los accesos de «brutal escalextris» situado ante el Monasterio de la Real y las proximidades de la Sierra de Tramuntana, que es candidata a ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. No obstante, cabe señalar que fue el anterior Govern del PP el que eligió este enclave para construir el hospital.
«Yo creo que tiene un impacto brutal. Hacía mucho tiempo que en ninguna ciudad europea se hacía un escalextris de tres niveles como éste».
La consellera ha recordado que los accesos quedaron exonerados de ser sometidos a un estudio de impacto ambiental, puesto que las obras fueron licitadas como de mantenimiento y mejora de la carretera de Valldemossa.
Cabrer ha puesto en evidencia el «falso progresismo» del equipo de gobierno, al tiempo que ha indicado que el modelo de carreteras que hizo el PP en la anterior legislatura era, «sin ninguna duda, mucho menos impactante que el modelo de carreteras que hoy hacen desde el Consell de Mallorca», presidido por Francina Armengol.
Además, la 'popular' ha recordado que el Consell ha tenido cuatro años para tener preparados los accesos para cuando el hospital entrara en funcionamiento. «Se llega tarde, se llega mal, se llega mal planificado, se llega con obras y con una situación muy precaria», ha añadido.
Cabrer ha enfatizado que los accesos proyectados, además del brutal impacto visual que crea que «se ha cargado la panorámica del entorno de la Sierra de Tramuntana y del Monasterio», generarán «importantes atascos» en los accesos de Palma.