El conseller de Educació, Bartomeu Llinàs, admitió ayer que la celebración mañana de elecciones sindicales en los centros educativos públicos, que van a provocar la suspensión de las clases durante seis horas, a partir de las 12.00 horas, generará un «problema» a las familias, y en este sentido, se comprometió a modificar este sistema «en la próxima legislatura», para hacer compatible el derecho de los profesores a votar con el de los alumnos a recibir clase.
Tras la indignación mostrada por las familias de los alumnos, que consideran inadmisible que se paralicen las clases para que los docentes puedan ir a votar, Llinàs declaro, en los pasillos del Parlament, que el problema radica en que la normativa que regula las elecciones sindicales obliga a que se celebren en horario lectivo y, para que los profesores puedan votar, estos cuentan con un plazo de dos horas, ya que algunos se tienen que trasladar a otros centros.
Llinàs apuntó que a dos días de su celebración, no se pueden hacer ningún tipo de modificaciones, y añadió que éstas son las terceras elecciones sindicales que se celebran en base al mismo decreto, que, admitió, «es mejorable».
Otros recursos
Al respecto, la FAPA recuerda en su recurso que este perjuicio para las familias «ya es conocido» por la Conselleria, pues la misma situación se dio en 2006 y ya entonces se recurrió.