El Consell de Mallorca lleva gastados hasta la fecha tan solo unos 50 millones de euros del convenio de carreteras suscrito esta legislatura con el Ministerio de Fomento por valor de 389,7 millones de euros. Esa cifra es el presupuesto de los proyectos que se ejecutan en la actualidad: variante de Son Servera (13), tercer carril de la vía de cintura (16 millones) y acceso a Son Espases (5,4 millones), así como las variantes de Llubí (5,8) y Portocristo (5,9) ya adjudicadas y cuyas obras comenzarán en breve.
Hasta aquí llega, de momento, la inversión llevada a cabo en Mallorca a pesar de contar el gobierno del PSOE, UM y Bloc, desde su llegada, en 2007, con inversión para carreteras. Pocas veces lo había tenido tan bien la Comunitat balear con un gobierno socialista en Madrid y otro del mismo color en las Islas. Sin embargo, apenas se ha materializado en la red viaria de Mallorca.
La legislatura comenzó con buenas expectativas. La entonces ministra de Fomento Magdalena Alvarez y la presidenta del Consell, Francina Armengol, firmaron el convenio de carreteras en septiembre de 2007 y para ese año ya se preveía una inversión de 19 millones de euros. Debían comenzar el tercer carril de la vía de cintura, un estudio de movilidad de los accesos a Palma, el segundo cinturón o vía conectora, la conexión de la autopista de Llucmajor con el Molinar, el enlace de la carretera de Sóller y accesos al polígono de Son Castelló y las variantes de Son Servera y Porto Cristo. No se inició ninguna de estas obras ni en 2007 ni en 2008.
Parálisis
El convenio establecía que la licitación, contratación y pago de las obras corría a cargo del Ministerio de Fomento, así como la dirección, control y vigilancia de las obras. Está cláusula ralentizó todo el convenio, Madrid no adjudicó ninguna obra, a pesar que desde el Consell de Mallorca se le enviaban proyectos para revisar y licitar. No se avanzó nada. La modificación del Plan de Carreteras, que incluía la modificación de uno de los proyectos viarios más importantes -la vía conectora-, también supuso un retraso en la redacción de esta importante obra.
La parálisis del convenio obligó a modificarlo suscribir otro esta vez con el actual ministro de Fomento, José Blanco, en el que se otorgó la licitación de las obras a los consells insulars. Era mayo de 2009 (se publica en el BOE en septiembre). Ese año ya se preveía una inversión de 51,7 millones, pero la única obra que comenzó fue la variante de Son Servera. «En plena crisis y con el dineral que se podía invertir, no se hizo nada», critica Mabel Cabrer, diputada del PP, quien denuncia que «el dinero está llegando religiosamente, pero no está repercutiendo en la economía».
Este año se ha acelerado el convenio, pero las obras han sufrido un considerable retraso. A principios de año comenzaron carril de la vía de cintura y el acceso a Son Espases, y, en breve, comenzarán a ejecutarse las variantes de Porto Cristo y Llubí ya adjudicadas. Antoni Alemany, conseller de Hisenda i Obres Públiques del Consell, que hizo cargo de las carreteras en marzo, indica que el departamento no estaba preparado para asumir todas las obras y se adjudicaron las que contaban con proyectos.
Conclusión de proyectos
Aun así entre finales de este año y principios del que viene, el Consell se pondrá al día con el convenio en cuanto a las inversiones previstas en 2009 y 2010, años en que se preveía una inversión de total de unos 114 millones de euros. Entre diciembre y enero concluirán los proyectos de la vía conectora y, además, se adjudicarán el enlace de la vía de cintura con la carretera de Manacor y el acceso de la autopista de Inca a Lloseta.