Un imputado en el «caso Ibatur» de supuesta corrupción utilizó presuntamente como testaferro de su empresa a un hombre con trastornos psíquicos, según ha declarado este último hoy ante el juez de la causa.
En este caso se investiga el supuesto desvío de fondos y cobro de comisiones a través de varias empresas y en torno al Instituto Balear de Turismo (Ibatur), un organismo dependiente de la Conselleria de Turismo durante la pasada legislatura del PP.
El empresario, J.C., fue apoderado de la empresa Gestora Balear de Negocios, que tuvo actividad entre los años 2000 y 2007 y facturó casi 3 millones de euros en los años 2006 y 2007 a varias empresas relacionadas con la trama de Ibatur.
J.C., que estaba citado hoy a declarar pero cuya comparecencia ha sido finalmente anulada, reconoció en su día ante la policía que libró facturas falsas por importe de 1 millón de euros.
Respecto a su presunto testaferro, que hoy ha declarado ante el juez Juan Ignacio Lope Sola, afirmó que era el administrador de la empresa y «ejercía como tal», ya que se dedicaba a toda la gestión y administración de la empresa.
Sin embargo, el supuesto testaferro ha dicho hoy al juez que no sabía nada de la empresa y se ha ratificado así en sus declaraciones en la policía, cuando sostuvo no conocer las cuentas de la sociedad.
El empresario, según reconoció el supuesto testaferro, le nombró administrador único de la sociedad una vez enfermó.
De hecho, el hombre cobra una pensión por incapacidad total, ha estado ingresado en un psiquiátrico y está en tratamiento desde el año 2000, según han informado a Efe fuentes jurídicas.
Hoy también ha declarado ante el juez A.V., administrador de las empresas Clave, Telaraña Informática y Quid Grafic, así como de La Moderna hasta el año pasado.
El empresario, que fue detenido junto a los otros dos hombres durante la «operación Pasarela», ha explicado que él no sabía nada de las cuentas de estas empresas, puesto que las llevaba el publicista de la agencia Clave Juan Velasco, en libertad bajo fianza por este caso.
El imputado ha dicho desconocer cualquier trato de favor del Ibatur hacia estas empresas y ha insistido en que él era un creativo y no llevaba temas de contratación ni contabilidad.