La revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) llega con tres años de retraso a pesar de que era un punto importante del acuerdo de gobernabilidad que firmaron en 2007 el PSOE, el Bloc y UM, que llevó a Aina Calvo a la alcaldía de Palma.
Así, ayer alcaldesa, acompañada por la regidora d'Urbanisme, Yolanda Garví, anunció el inicio de la revisión del PGOU de Palma, durante la primera quincena de octubre, a pesar de que en siete meses habrá elecciones municipales, lo que podría convertir en 'papel mojado' el documento de avance del Plan si un nuevo alcalde 'popular' llega al Consistorio palmesano, ya que este documento debería redactarse, según el calendario de Cort, entre marzo y septiembre de 2011, coincidiendo con el final de la legislatura y el comienzo de las elecciones.
En este sentido, Aina Calvo ha recalcado que «ni la campaña ni un posible cambio en el equipo de gobierno de Cort deberían impedir avanzar en esta revisión».
Participación ciudadana
La primera fase de la revisión durará un total de cinco meses para que los ciudadanos y colectivos durante los tres primeros meses puedan enviar sus sugerencias, ideas o planteamientos y, con ellos, se elaborará un documento de propuesta ciudadana. Sobre esta participación, la regidora Yolanda Garví aseguró que «dibujaremos las líneas maestras después de escuchar a la gente y escucharemos antes de dibujarlas».
La segunda fase, comprendida entre marzo y septiembre de 2011, consistirá en la escritura del documento de avance del plan general, que incorporará el documento de propuesta ciudadana como marco para redactar las directrices básicas que conformarán el modelo de ciudad, así como la propuesta municipal.
Por último, la tercera fase comprenderá la aprobación de nuevo PGOU que podría alargarse hasta marzo de 2015, teniendo como objetivo redactar el nuevo plan de conformidad con el documento de propuesta ciudadana, el modelo de ciudad y la legislación vigente. Asimismo, su aprobación seguirá la normativa urbanística: aprobación inicial del ayuntamiento, exposición pública, aprobación provisional del Ajuntament, y, finalmente, la aprobación definitiva por el Consell de Mallorca.