El Defensor de la Ciudadanía, Miquel Lladó, ha recomendado al Ajuntament de Palma que «lleve a cabo una actuación municipal más contundente, efectiva y continuada en todas las zonas administrativas y comerciales de nuestra ciudad, con la finalidad de intentar resolver el problema de los vigilantes de espontáneos de las plazas de aparcamiento, también denominados 'gorrillas». El objetivo que persigue el Defensor de la Ciudadanía con esta recomendación, que realiza al equipo de gobierno de Aina Calvo, es «evitar la mendicidad coactiva que angustia y molesta a los ciudadanos de nuestro municipio».
Lladó realizó esta recomendación a raíz de una queja que interpuso un ciudadano al considerar que sus derechos estaban siendo vulnerados como consecuencia de «la falta de actuación policial» ante las molestias que causan los 'gorrillas'.
Policía Local
El Defensor de la Ciudadanía solicitó un informe a la Policía Local, que le respondió que desde hacía dos semanas se llevaban a cabo actuaciones contra este colectivo, debido a la gran cantidad de quejas realizadas por los vecinos y los conductores. Además, informaban que habían formulado varias denuncias de tráfico por desarrollar la actividad de guardacoches y que a diario se realizaban controles en la zona de Manuel Azaña, que fue en la que se interpuso la queja. El departamento de Qualitat también tiene quejas por la presencia de 'gorrillas' en otras zonas como Passeig Mallorca, Eusebi Estada, Pere Caffaro o Francisco Rover.
Por su parte, el regidor del PP Sebastià Sansó culpó al teniente de alcaldesa de Benestar Social, Eberhard Grosske, de crear un «efecto llamada» con la creación de la figura de los auxiliares de servicios a la ciudadanía, más conocidos como 'gorrilas' o guardacoches legales. «A hora tenemos más 'gorrillas' alegales y legales», aseveró Sansó.
Grosske, que no asistió a la comisión, pese a que es el presidente, calificó las declaraciones del PP de «tontería cósmica, que no tienen ninguna argumentación». Así, aseguró que donde «hay auxiliares de servicios a la ciudadanía, no hay 'gorrillas'». «Lo que causa un efecto llamada es la crisis económica y el paro; esto es otro tipo de mendicidad», concluyó Grosske.