Los sindicatos UGT, CCOO y STEI-i han registrado en la Conselleria de Presidencia su propuesta de servicios mínimos para la huelga general del próximo 29 de septiembre, que es igual a los que se aprobaron para la de junio de 2002, y, además, han solicitado una reunión con el Govern para antes del próximo viernes con el objetivo de empezar la negociación sobre estos.
Asimismo, los sindicalistas, entre los que se encontraban los secretarios generales de UGT, CCOO y STEI-i, Lorenzo Bravo, Katiana Vicens y Biel Caldentey, respectivamente, han comunicado la composición del comité de huelga.
La propuesta de los sindicatos es igual que la que el Ejecutivo de Francesc Antich aprobó en Consell de Govern para la jornada de huelga del 20 de junio de 2002, protesta que tuvo lugar cuando estaba en el Gobierno José María Aznar.
Los servicios mínimos contemplan, para los centros educativos, que sólo tengan la obligación de acudir a trabajar el director y el secretario; y, además, un empleado de consejería en el caso de los institutos de secundaria.
En el caso de la sanidad, se incluye el personal de las unidades de urgencias, donde tendrá que haber el mismo número de trabajadores que un día normal. No obstante, sus servicios de limpieza se podrán reducir a los que existen durante las jornadas festivas.
En la administración, la propuesta recoge que únicamente debe haber un funcionario por cada registro general en cada una de las Consellerias, así como un trabajador de seguridad en cada edificio y las áreas de informática y comunicación con la misma plantilla que un día festivo.
En cuanto al transporte, por carretera y ferrocarril, se tendrá que garantizar un servicio en cada línea de 06.00 horas a 09.00 horas y otro, de 18.00 a 21.00 horas. No obstante, a lo recogido en este documento se deben añadir todavía los servicios mínimos del metro, IB3 Radio, IB3 televisión y Televisión de Mallorca, empresas que no existían en la huelga de 2002.
En declaraciones a la prensa, Bravo ha criticado que ya se han empezado a detectar «presiones» por parte de los empresarios para que sus trabajadores no acudan a la huelga general. En este sentido, ha defendido que la reforma laboral «hace añicos» muchos de los derechos alcanzados puesto que «responde a la línea neoliberal» adoptada por las políticas de José Luis Rodríguez Zapatero.
Según el líder de UGT, para poner fin a la actual situación de crisis económica no se deben adoptar medidas que vayan en contra de los trabajadores, sino otras actuaciones encaminadas, por ejemplo, a acabar con los paraísos fiscales, el dinero negro, o a controlar los beneficios de los grupos financieros «culpables» de la actual situación.