Las cadenas hoteleras mallorquinas Riu, Barcelo, Garden, Iberostar y Valentín Hoteles se han visto afectadas por el concurso de acreedores presentado por el mayorista UniPlayas por falta de liquidez.
La deuda de Uniplayas con los hoteleros españoles, según fuentes del sector, ronda los 40 millones de euros.
En Mallorca el único establecimiento que se ha visto afectado por el concurso de acreedores ha sido el hotel Club Cala Romaní, de Calas de Mallorca.
Desde la Federación Hotelera de Mallorca indicaban ayer que el concurso de acreedores, antigua suspensión de pagos, «se ha producido por la falta del liquidez para hacer frente a los pagos. Este mayorista operaba de forma mayoritaria en la zona de Andalucía, de ahí que las cadenas hoteleras de Balears que cuentan con establecimientos en todo el litoral andaluz, se han visto afectadas».
Sorpresa
En el sector turístico ha causado sorpresa la presentación de concurso de acreedores, especialmente por haberse producido antes de que acabara la actual temporada turística de verano, cuando se produce el mayor volumen de ventas y comercialización de todo tipo de productos. La medida adoptada por los gestores de Uniplayas ha tenido una amplia repercusión en el sector de las agencias de viajes receptivas, entre ellas Viajes Olimpia, Viajes Serhs y NT Incoming. Los problemas de falta de liquidez que están afectando a la industria turística está provocando durante este verano un rosario de quiebras y presentación de concurso de acreedores, como así ha sucedido en el mercado británico.
Caída de la demanda
En el caso español, la caída de la demanda, las guerras de precios y descuentos de todo tipo, ha afectado de lleno a la cuenta de resultados de todas las empresas, pero en concreto a mayoristas especializados, como es el caso de UniPlayas, que han visto cómo ha bajado su facturación, de los problemas a la hora de hacer frente a los pagos con los hoteleros.
No será el último proceso de petición concursal voluntario que se va a producir en los próximos meses en la industria turística española, de ahí el grado de preocupación que existe en el sector hotelero balear, más en un ejercicio tan irregular como el actual.