Alrededor de un centenar de personas se dieron cita frente al Palacio de la Almudaina para ver llegar en automóvil a los Reyes y a los príncipes de Asturias para asistir a la cena de despedida a las autoridades civiles y militares de la Comunitat, lo que significa que su estancia en Marivent, al menos oficialmente, ha concluido.
Minutos antes de que esto ocurriera, fueron llegando los invitados. El presidente del Govern, Francesc Antich, y su esposa, al igual que Francina Armengol, presidenta del Consell de Mallorca, y Aina Rado, presidenta del Parlament balear, lo hicieron en su vehículos oficiales. La alcaldesa de Palma, Aina Calvo, cuando la vimos iba andando. Tras saludar al comandante general de Balears, Juan Mariano Estaún, a pie de las escalinatas, fueron subiendo a la sala contigua al comedor a esperar a que diera comienzo el besamanos, que se celebraría en el gran salón de audiencias pocos minutos después de las nueve de la noche, hora en la que hicieron su aparición los Reyes y los príncipes de Asturias. El primero en entrar fue don Juan Carlos, seguido de su esposa, doña Sofía. Detrás de ellos pasaron la princesa Letizia y su esposo, don Felipe, que al igual que su padre vestía de traje y, como cada año por estas fechas -al menos en los últimos años-, lucía barba.
El Rey, a poco de entrar, se detuvo y, ante el diluvio de flashes que cayó sobre ellos, tras dar las buenas noches, dirigiéndose a los fotógrafos, les dijo: «El día que dejéis de hacer fotos con flash, os doy un premio».