Vecinos de Can Pastilla están en trámites de constituir una plataforma en contra del proyecto de reconversión de Platja de Palma en lo que se refiere a la creación de un borne que transite desde Cala Estància hasta casi la autopista por las calles Sant Antoni de la Platja y Horaci y sus prolongaciones Plinio y Torrerrodeona, una actuación que supone la eliminación de 91 viviendas, tres bares, dos restaurantes y un hotel, según informó el portavoz de los vecinos, Lorenzo Balaguer.
«Hasta ahora se había pregonado que las zonas urbanas iban a ser respetadas y embellecidas y que el motivo central era eliminar plazas turísticas obsoletas; pues parece que en este caso desaparecerán muchas viviendas y pocas plazas turísticas sin tener en cuenta para nada que estas viviendas pertenecen en su mayoría a jubilados y trabajadores que durante años y con esfuerzo han mantenido el pequeño legado familiar, que han comprado o alquilado, para residir en esta zona que hasta la fecha ha sido un remanso de paz», según afirma el portavoz de los vecinos.
Reunión de afectados
Balaguer explicó que los vecinos conocieron «por casualidad» este proyecto, que ya ha sido aprobado y se encuentra en fase de exposición pública, e informó que anteayer celebraron una primera reunión en la que acordaron constituir legalmente una plataforma de afectados. A esta primera reunión acudieron unos setenta vecinos. «Ya hemos contactado con un abogado especialista en temas urbanísticos y presentaremos alegaciones al proyecto antes de que finalice el plazo el próximo 5 de octubre», afirmó Balaguer.
El portavoz de los afectados advirtió en este sentido que los vecinos en ningún caso aceptarán las expropiaciones, que todavía no se les han comunicado oficialmente. «No puede ser que por capricho de unos señores, nos echen a la calle, no puede ser que saquen a la gente de sus casas, nos tratan como si viviéramos en Son Banya», se quejó Balaguer.
«Parece ser que no basta con los grandes desmanes que hasta el momento han sacudido nuestra sociedad, como el metro, el tranvía, el Palma Arena o los carriles bici, sino que ahora le toca el turno a un colectivo importante de familias cuyo único pecado parece ser el de interponerse en el camino de los macroproyectos de la señora Margarita Nájera», añade el portavoz de los vecinos.
«Es una injusticia y un despropósito porque con los mismos argumentos podrían tirar abajo toda Mallorca», terminó Lorenzo Balaguer.