Desde la atalaya de embajador de España en la capital de Europa, Berlín, Rafael Dezcallar lanza una mensaje claro sobre la necesidad de modificar las relaciones de Balears con Alemania para que vayan más allá de las turísticas: «Hay que evitar limitarnos a lo de siempre». Hermano de los también embajadores en Estados Unidos y Mauritania, Jorge y Alonso, respectivamente, confiesa que «en las reuniones familiares no hablamos de geopolítica», aunque en pocos clanes se podría hablar con tanto conocimiento de causa de la política a escala planetaria.
-¿Cómo está viviendo la crisis desde Alemania?
-No ha sido fácil encontrar la fórmula para salir de la crisis, ha costado encontrar la fórmula ideal para salir de esta situación. Se han tenido que aplicar fórmulas revolucionarias pero creo que la Unión Europea ha sabido tomar decisiones importantes.
-¿Da la sensación que Merkel ha impuesto sus criterios?
-La UE no la dirige un país, es necesario el consenso. Sería suicida transmitir la idea de que el poder de los grandes se impone sobre los pequeños. Lo cierto es que la reunificación ha permitido recuperar el papel de Alemania en Europa. Alemania está saliendo de la situación derivada del esfuerzo de la reunificación y sus cuentas públicas están saneadas y con previsión de crecimiento.
-¿Qué impacto tendrá en Balears la recuperación alemana?
-Pienso que Balears debe tener otro tipo de relación con Alemania al margen del turismo, que puede ser el trampolín. Balears tiene un grado de afecto en Alemania que no lo tienen otros destinos, por eso sería interesante aprovechar este marco para crear un espacio de relación bilateral entre España y Alemania, un punto de encuentro. Tenemos que evitar limitarnos a ofrecer lo de siempre, hay que ampliar el campo de actividades comunes. La gente viene con gusto a las Islas.
-¿Qué imagen tiene Balears en Alemania?
-En términos globales es buena, pero la corrupción política -de la que se han realizado comentarios en la prensa- y el turismo de baja calidad perjudican el destino turístico balear. No tenemos que dejar que se nos pierda el respeto y dejarles hacer a los turistas lo que no se les consiente en sus países. No lo entienden y la verdad es que no tiene sentido.
-¿Ha podido transmitir estas impresiones a las autoridades de Balears?
-En la Embajada se presentó el proyecto de remodelación de la Platja de Palma y tuve ocasión de charlar con su gerente, Margarita Nájera, y el president Antich. El acto fue un éxito, pero debemos tener en cuenta que lo más difícil de conseguir es la buena imagen y Balears la tiene, pero también es lo más fácil de perder. Ahora se trata de pulirla.
-¿Qué opinión le merece el incidente de Josep Maria Pons como embajador en Viena?
-La verdad es que le deseo toda la suerte del mundo como presidente del Mallorca, que también es mi equipo. Del incidente, del que desconozco los detalles, sólo quiero decir que tengo toda la confianza en Josep Maria, así se lo he transmitido y también quiero hacer público mi apoyo.
-¿Cuál será su próximo destino como embajador?
-De momento mi objetivo es hacerlo bien en Alemania. En estos dos años ha habido momentos difíciles, pero es un placer trabajar en Berlín. El futuro no depende de mi.