Una investigación confirma que el comportamiento demográfico de Palma y de las Balears en su conjunto era el más avanzado del Estado español entre mediados del siglo XIX y la primera mitad del XX.
La tesis doctoral de Joana Maria Pujadas (Binissalem, 1977) defendida en la UIB y que ha obtenido la mención de Doctorado Europeo, demuestra que las Islas vivieron en esos años su particular proceso de transición demográfica «singular y avanzado en relación al resto de provincias» por el hecho de que los niveles de mortalidad fueron siempre inferiores a los del resto de España. «De hecho -asegura la autora de la tesis- las Balears disfrutaron en este periodo de la esperanza de vida al nacer más elevada de todo el Estado y, por eso, ya entonces eran consideradas una provincia sanitariamente avanzada».
La tesis, titulada L´evolució de la mortalidad infantil i juvenil a la ciutat de Palma (Mallorca, 1838-1960), se realizó a partir del análisis de libros sacramentales, de entierros, el registro civil, censos,... hasta establecer la evolución de la mortalidad infantil (de niños de 0 a 9 años) en Palma entre los años 1838 y 1960. «Utilicé la mortalidad infantil porque es un indicador muy sensible de la calidad de vida y del estado sanitario de una población», anota Pujadas.
La diferencia era considerable, explica, «pues cuando aquí morían cien de cada mil recién nacidos, en la España interior lo hacían cerca de 250» y esa diferencia se mantenía en todas las edades infantiles». Hoy en día, comenta, «sigue habiendo diferencias regionales, aunque lógicamente son menores».
Con esta tesis -reconoce- «he constatado lo que otros investigadores ya habían concluido, pero, además, he tratado de explicar las causas». Pues bien, asegura, estas causas «se pueden buscar en el discurso médico, dentro del llamado 'movimiento higienista' -nacido en el siglo XIX y compuesto por médicos, maestros, arquitectos, ...- empeñado en la protección de la infancia y la mejora de las condiciones de vida de la gente a partir de la modificación del entorno». «Así, busqué qué decían los higienistas de las Islas, en concreto los médicos, y constaté que tenían un discurso potente para reducir la mortalidad infantil, enfocado en el fomento de la lactancia materna, el derribo de las murallas, la mejora de la canalización del agua o de la limpieza de calles».
Murallas
El derribo de las murallas -concreta-, que no se hizo efectivo hasta 1902, «era un elemento recurrente del discurso para la reforma sanitaria de la ciudad, pues era entendido como el empuje necesario para una reforma definitiva y completa de las condiciones sanitarias de la gente».
Junto a este discurso médico «existían en Palma instituciones dedicadas a la protección de la infancia, como 'La gota de leche', que aparecen en Balears mucho antes que en la mayoría de las ciudades, «reforzando el carácter avanzado de la demografía isleña».
«Todas estas circunstancias -concluye- hacían de Palma, y de las Islas en general, un territorio avanzado desde el punto de vista demográfico y sanitario».