Tres de cada cuatro personas (el 76%) beneficiarias de la Ley de Dependencia han solicitado un ayuda económica, en lugar de un servicio o prestación. En efecto, en estos momentos hasta 6.881 beneficiarios reciben una prestación económica, de los 8.974 registrados en las Islas. De ese total, otros 1.593 disponen de una plaza residencial y 500, de una plaza en un centro de día.
Desde la Conselleria d´Afers Socials se explica que las razones de este desequilibrio son básicamente dos. Por un lado la mentalidad aún muy frecuente entre las personas de cierta edad que deben cuidar a sus familiares ancianos, que consideran que dejarlos en una residencia o centro de día equivale a desentenderse de ellos.
Pero la razón de mayor peso es, sin duda, la crisis económica, que en algunos casos ha supuesto una mayor facilidad para cuidar en casa a la persona mayor por parte de algún familiar que se ha quedado en el paro y, desde luego, la necesidad de percibir los más de 400 euros que, de media, reciben las personas a las que se les concede la ayuda económica. Porque además, cuando una persona dependiente entra en una residencia o centro de día parte de la pensión que esta persona cobra se destina al pago de este servicio.
En cuanto al perfil del demandante, las cifras de la Conselleria d´Afers Socials indican que más de la mitad, el 52%, tiene 80 o más años y hasta el 76% tiene 65 o más años.