El obispo de Mallorca, Jesús Murgui, elogió ayer la «noble tarea» de la política cuando, ésta, «se encamina al bien general». Lo hizo durante su homilía en el funeral de Félix Pons, fallecido el pasado viernes, oficiado en la Catedral de Palma y al que asistió una abundante representación de la vida política autonómica y estatal, incluida la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega; el presidente del Congreso, José Bono y tres de sus antecesores en el cargo: Manuel Marín, Federico Trillo y Fernando Àlvarez Miranda.
La ceremonia, multitudinaria pero sin aglomeraciones, sirvió al obispo para recordar las convicciones religiosas de Pons pero, también, para aludir a la etapa política que protagonizó (Pons fue ministro y presidente del Congreso) y que, según señaló Murgui, «fue una etapa decisiva de nuestra historia que nos trajo cosas muy necesarias siempre, también hoy: sembrar ideales, unir pueblos y cerrar heridas». El obispo destacó igualmente, su «sensibilidad ante la injusticia» y su «preocupación por la educación», asunto que definió como «capital» y que sigue «sin resolver».
Amplia representación
José María, uno de los hermanos de Félix Pons, intervino después de la ceremonia. Él, como el resto de familiares, recibió el pésame de los asistentes.
El president Antich y la alcaldesa Calvo recibieron las condolencias 'políticas' en la puerta principal de la Seu. Ambos llegaron casi media hora antes del inicio de la ceremonia para recibir a quienes acudieron a la ceremonia. Como el día anterior, en el velatorio, el abanico fue muy amplio. De un lado, representantes de todo el espectro político, desde Gabriel Cañellas a Santiago Rodríguez Miranda (ministro con la UCD) a Eulalia Vintró, una histórica diputada del PSUC. Pero no sólo hubo rostros de la política; también, destacada representación de todos los sectores sociales. Destacó que el nuevo propietario del Mallorca, Serra Ferrer, llegara acompañado del danés Michael Laudrup, al que ha fichado como entrenador. La de ayer, habrá sido, seguramente, su primera incursión en la vida social de la Isla: acudir a funerales es una característica social muy destacada en Mallorca.
Fueron multitud las personas que desfilaron para dar el último pésame a la familia. En representación de la Casa Real, acudió su secretario general, Ricardo Díaz-Hochleitiner. Por la mañana, Félix Pons fue enterrado en la intimidad familiar.