Un solemne Corpus en Palma

La celebración del Corpus en Palma se vio revestida del brillo propio de esta fiesta, que como se recordará fue extendida a toda la Iglesia occidental por el papa Urbano IV en 1264, siendo su fin proclamar y aumentar la fe de la Iglesia católica en Jesucristo presente en la Eucaristía.
La edición del Corpus 2010 será recordada por el lleno hasta la bandera que registró la Seu para la misa solemne que presidió el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, junto al Cabildo de la Catedral.
En la solemne procesión hubo más participación que nunca de fieles portando sus cirios desde el Mirador hacia las calles del barrio antiguo de la Catedral en su ancestral recorrido. La inició la Sección Montada de Policía Local, Tamborers de la Sala, la cruz procesional de sa Lledania, Cavallets y Cossiers de la Escola de Ball i Danses de Mallorca. Se integraron después los estandartes eucarísticos, Hermandad del Rocío, niñas de primera comunión y miembros de la Adoración Nocturna.
Las insignias
Junto a éstos, los fieles formando filas, y cantando, la escolanía de Vermells de la Seu precediendo las insignias de la basílica mayor: el conopeo y el tintináculo. La salida de la custodia de la Seu fue recibida por un gran aplauso de la gente mientras tocaba n'Eloi. Estuvo precedida por el clero y seguida del obispo, Jesús Murgui, y el Cabildo. Espectacular resultó su paso por la calle Morey, donde sus moradores, fieles a la tradición, adornaron más que nunca sus balcones y fueron arrojando pétalos de flores al paso de la custodia. Al entrar en Cort se repitieron los aplausos y desde allí no dejaban de oírse las fuertes críticas del público al equipo municipal de Cort, cuyo edificio apareció cerrado, huérfano de damascos y -un año más- sin alfombra de buganvilia. En la acera de la Sala vieron pasar la procesión los concejales del PP Julio Martínez, Catalina Cirer, Margalida Ferrando, Katrin Terrasa, y el presidente de Palma, José María Rodríguez, y cerca de la Seu, la consellera Nanda Ramon.