Un total de 17 vuelos han sido cancelados hasta las 19.00 horas de hoy en Palma, de los cuales 7 eran llegadas a Son Sant Joan y 10 salidas, debido a la permanencia de ceniza volcánica en la atmósfera procedente del volcán islandés, según confirmaron fuentes de Aena.
De ellos, al menos, seis vuelos eran entre el aeródromo de Palma y el Reino Unido, mientras que el resto de conexiones canceladas no han sido precisadas por Aena. Por lo que respecta a los aeropuertos de Ibiza y Menorca, funcionan con normalidad y no han registrado cancelaciones a consecuencia de las cenizas.
Durante todo el fin de semana el aeropuerto de Son Sant Joan registró decenas de cancelaciones. Sólo el domingo fueron cancelados un total de 21 vuelos con destino o precedencia al aeropuerto de Palma de Mallorca, de los que siete fueron nacionales (tres llegadas y cuatro salidas) que conectaban la capital balear con los aeropuertos de Salamanca, Bilbao y Santiago de Compostela. Asimismo, fueron cancelados catorce vuelos internacionales, seis de los cuales conectaban Palma con Alemania, dos con Portugal y seis con Reino Unido.
El sábado, las cancelaciones fueron aún mayores y 51 vuelos nacionales e internacionales fueron cancelados con salida o llegada a Palma, cifra que en todo el archipiélago, incluyendo los aeropuertos de Menorca e Ibiza, alcanzó los 69 vuelos cancelados por las restricciones de tráfico decretadas en varios aeropuertos del norte de Europa y del norte de España.
De momento, las aerolíneas españolas habrían perdido aproximadamente 41 millones de euros durante la primera tanda de cancelaciones causadas por la nube de ceniza volcánica, según estimó hoy la Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo (Aceta), principal patronal del sector en nuestro país.
Por su parte, el Ministerio de Fomento ha constituido una comisión de coordinación con todo el sector y la industria aérea para hacer frente a los efectos de la nube de ceniza volcánica en el espacio aéreo español y en la red aeroportuaria de AENA.
El objetivo es reforzar la coordinación de todas las partes implicadas para asegurar la continuidad de los servicios aéreos y la mejor atención de las necesidades de los ciudadanos en materia de transporte aéreo, «manteniendo siempre como máxima prioridad la seguridad operacional de los vuelos», informó Fomento en un comunicado.