El mercadillo medieval, los chiringuitos de comidas y otros actos desplazaron ayer a las ciudadanos de Palma hasta sa Llonja, el Passeig de Sagrera o el Passeig des Born. Así, quedó demostrado que, sin necesidad de hacer un gran desembolso, se puede ofrecer al ciudadano algo que atraiga su atención y, sobre todo, su interés. Porque, ¿cuánta gente pasó, a lo largo del día, por los distintos escenarios de esta celebración? Yo diría que miles. Por ello, nuestra felicitación a la organización. Eso sí, para el año que viene, sería necesario evitar algunos atascos que se producían a lo largo del mercado, debido no sólo a la gran cantidad de gente que circula -algunos tirando con el cochecito del niño-, sino a la estrechez de algunos de sus tramos habilitados.
Como decimos, varios fueron los escenarios del Dia de Balears. Y lo bueno de ellos es que pillaban de camino. Vamos, que dándose un paseo, y sin apenas tener que caminar mucho, se encontraba todo a mano.
Nosotros lo comenzamos por el mercadillo medieval, desde sa Feixina, en una de cuyas explanadas se habían instalado una serie de puestos en los que se servían comidas, y en los que, además, habían habilitado parte de sus espacios en comedores. Puestos de kebabs, de comida gallega -costillares, pulpo, salchichas...- y de pastas árabes regadas con té de hierbabuena. Un placer, de verdad. También vimos tabernas alemanas, en las que se servían no menos ricas y variadas viandas de su cocina tradicional. Y es que el Dia de Balears, además de homenajear al Estatut, une lugares que están relacionados, histórica, cultural o comercialmente con nuestras Islas. No vamos a enumerar los estands, ni lo que se exponía y vendía en ellos, pues nos faltaría papel, pero sí decirles que difícilmente en ese mercadillo no hallarían algo que fueran buscando en un mercadillo normal y corriente, aunque este, por su condición de tradicional de las culturas, vestía a los vendedores al estilo de los de éstas, aunque también vimos algún que otro príncipe y princesa, así como a un caballero feudal exhibiendo espadas de diversas épocas, así como una fragua en la que se hacían piezas a golpe de martillo sobre hierro candente. Tampoco faltaron los músicos que de vez en cuando se daban una vuelta por los diversos puestos, animando a todo el que por allí pasaba.
Noche animada
Llegada la noche, la fiesta se animó aún más si era posible. Al ser víspera de fiesta y hacer muy buena temperatura, fueron muchos los que se animaron a continuar con las compras, a descubrir objetos y productos tradicionales o a cenar en algunos de los puestos instalados.
Pero, como hemos dicho, no sólo todo fue mercadillo de culturas. Hubo otros eventos, a saber: partidas de tenis improvisadas y diminutas pistas señalizadas sobre el Passeig des Born y un combat de picat de glosadors. La música, como era de esperar, no faltó en esta jornada lúdica. Así, muchos siguieron el concierto de la banda s'Almudaina, que prácticamente concluyó cuando en Ses Voltes daba comienzo el Concert Jove, en el que intervinieron tres grupos muy conocidos en la Isla, como son Rebosters, Alma Sonora y 4 de Copas.
Del broche final de la velada también se encargó la música. En este caso fue el DJ Juan Alcalde, de Flaix Radio, quien se puso ante los platos hasta pasada la media noche.
No se lo pierdan, hoy más.
La fiesta invade la calle
Los mercadillos, las actividades deportivas, los conciertos, los puestos de comida y un 'combat de glosadors' animaron, de día y de noche, a miles de ciudadanos a disfrutar de la jornada dominical en Palma
P.Prieto |