El presidente de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), Juan Ignacio Lema, sabía perfectamente cuando en julio del pasado año nombraba al mallorquín Andrés Torrecilla como nuevo director de Operaciones ATM (Gestión de Tráfico Aéreo) de Navegación Aérea, de la que depende la prestación de los servicios de tráfico aéreo, ya que en la cabeza del ministro de Fomento, José Blanco, estaba en mente toda la reestructuración del colectivo de controladores aéreos.
Torrecilla, hasta ese momento, había desarrollado su labor vinculado al ámbito operativo de la Navegación Aérea durante casi 30 años. Su experiencia viene avalada por una amplia trayectoria profesional desempeñando funciones de controlador aéreo en la Torre y Centro de Control de Tránsito Aéreo de Son Sant Joan, así como de supervisor-instructor de otros controladores aéreos.
En Balears ocupó distintos puestos de gestión, entre ellos, el de jefe de División de los Servicios de Tránsito Aéreo y la propia Dirección Regional de Navegación Aérea en Balears, cuya responsabilidad es la gestión de todos los servicios de tráfico aéreo, mantenimiento y gestión de recursos humanos.
Durante su etapa como director regional llevó a cabo la ejecución del Plan Balear, un proyecto de modernización de las infraestructuras de navegación aérea en Balears cuyo hito más destacado fue la puesta en funcionamiento de la ampliación del Centro de Control de Tránsito Aéreo de Palma, en la que se invirtieron cerca de 20 millones de euros.
Desde su nombramiento, la experiencia de controlador de Torrecilla, la estrategia del actual presidente de AENA y la decisión firme del ministro Blanco de «poner orden» en el privilegiado colectivo de los controladores aéreos, ha logrado que el Gobierno haya adoptado la decisión más drástica en la historia de AENA, como es regular la actividad de los controladores aéreos y poner fin al monopolio del control que realiza hasta laf echa el sindicato de controladores USCA en dicha actividad.
Negociación
Torrecilla ha tenido que negociar directamente durante más de seis meses con el colectivo de controladores con el convenio colectivo, pero los desacuerdos habidos propiciaron que el ministro Blanco optara por la decisión más drástica, como es la que AENA recupere la organización de trabajo de los controladores.
Esta decisión, una vez se ha aprobado el Decreto Ley que posibilita que se abra a operadores externos la prestación de servicios en controles de torre, da un vuelco radical a la actual funcionamiento.
La experencia de Torrecilla, en este sentido, ha sido vital para el presidente de AENA y del ministro de Fomento, José Blanco.
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