El nuevo eje cívico ideado por el Ajuntament de Palma en la barriada de Santa Catalina no levantará tanta polémica como sí lo hizo el año pasado el de la calle Blanquerna, que recibió múltiples críticas de vecinos y comerciantes.
Este proyecto era una petición ansiada por los restauradores de la zona desde hace más de diez años y que, por fin, verán cumplida durante este año.
Los restauradores consideran que la zona de Santa Catalina funcionará mucho mejor teniendo una parte de la barriada peatonal, lo que permitirá un mayor «desahogo» a los clientes al tener toda una calle llena de terrazas.
En el lado negativo, consideran que mayo no es la fecha indicada para comenzar las obras porque va a significar que perderán la época de más ventas y clientes. En este sentido, piden una reunión con el Ajuntament para consensuar cuándo deberían empezar las obras para que no se produzca una bajada, aún mayor, de las ventas.
Además, esperan que no se eliminen de la zona muchas plazas de aparcamiento porque ahora que han conseguido la zona ora no quieren perderla. Asegura el propietario de un restaurante de la calle Fábrica que «poner la zona ora en Santa Catalina ha permitido un mayor movimiento de gente en los bares, restaurantes y comercios de la zona».
Por otra parte, esperan que la peatonalización de la calle Fábrica vaya acompañada por un programa de actividades que permita «dinamizar de verdad» Santa Catalina y reactive sus comercios y restaurantes. Eso sí, aseguran que todo tiene que estar pactado con los vecinos porque «ganar dinero, dicen, no significa perder calidad de vida».