Era marzo de 1995 cuando Tres formas de amar, de Andrew Flemins; 2 tontos muy tontos, con un jovencísimo Jim Carrey; Sólo ellas o Leyendas de pasión, donde Brad Pitt y Anthony Hoppkins compartían reparto, se anunciaban en las carteleras de cine con tickets a 500 pesetas y, concretamente, el día 21 de ese mes y ese mismo año, las ocho salas de los cines Porto Pi Centro abrían sus puertas, con presencia de representantes de todas las majors, gracias a un acuerdo entre los empresarios Rafael Salas y Sebastià Salom.
Quince años después, el próximo 25 de enero, colgará el cartel de cerrado, ya que los 2.500 metros cuadrados dedicados hasta la fecha a la exhibición cinematográfica serán ocupados en un futuro por el Casino de Mallorca, actualmente emplazado en Calvià. Eso sí, las salas de Porto Pi Terrazas, inauguradas en 1999, seguirán con su actividad habitual.
Pionero y exitoso
Desde su apertura, los espacios de Porto Pi Centro fueron rentables. Ya había pasado la crisis del 92, recuerda Joan Salas, uno de los propietarios, cuando estos cines se inauguraron y, gracias al éxito de los primeros años, «se fue amortizando la inversión» y creció el negocio con la apertura de los cines de las terrazas y, más tarde, de los centros de Eivissa y Manacor. La peor etapa, si puede calificarse así, llegó cuando comenzó a crecer la competencia y entraron en el mercado Festival Park y Ocimax.
Pese a que la oferta para el público fue ampliándose, los cines han seguido funcionando. En el último año, según explicaron, se quitó la taquilla (las entradas se dispensaban en los cines de las terrazas) y estas ocho salas «no han pasado estrenos, sino continuaciones de películas que ya estaban en cartel y que, al llegar nuevos estrenos, se iban retirando de otros cines», explicó Salas, quien aclaró que los proyectores Kelonik de 35 mm. y los equipos de sonidos serán guardados como reservas para las otras salas y que los beneficios de este alquiler al Casino de Mallorca se destinarán «a adecuar mejor Porto Pi Terrazas».