El relieve que «caracteriza cada rincón de Sóller» transportado sobre el lienzo en tres dimensiones. Ésta es la esencia de la exposición que Christian Karis inaugura hoy a las 20.00 horas en el Museu Modernista Can Prunera de la localidad de la Vall. La muestra, en la que el artista se decanta por una técnica que se desmarca de su trabajo anterior, se podrá visitar hasta el 14 de febrero.
Karis (Palma, 1967) apuesta en esta ocasión por unas obras «matéricas y tridimensionales. La visión de la pieza cambia constantemente según el punto de observación», explica. Cada «cuadro-escultura» está dominado por un color puro en concreto y de la base del lienzo se alzan relieves que llegan al medio metro de altura. Varias decenas de cubos recortados y pintados con un intenso naranja dan volumen a la pieza bautizada como Naranjos; el blanco cubre la ondulaciones con las que el artista representa al Puig de l'Ofre y el amarillo tiñe los puntiagudos rayos que salen disparados del lienzo titulado Sol. Las olas del mar, un eje metálico o unas vías de tren son los elementos centrales de otros cuadros.
Christian Karis cita Can Prunera, el espacio que acoge la exhibición, como una de sus fuentes de inspiración y le dedica una de las piezas. En dicha obra el volumen lo aportan unos tornillos procedentes de la antigua vía de tren. «Sóller, que ha inspirado todas las obras de esta muestra, es un pueblo lleno de relieves y contrastes, que arquitectónicamente no esconde, sino que muestra por sí solo, todo su esplendor», apunta.
Para dar forma a estos «cuadros-escultura», Karis ha trabajado con múltiples materiales: acrílico, resinas, colas y pigmentos abrazan los elementos de relieve como cartón, madera, plástico o metal. «Mi obra ha experimentado un cambio que ni yo sé de dónde ha salido. Sencillamente, me he dejado llevar», resume.