Los edificios de nueva construcción tendrán que pagar una tasa por la certificación energética de los edificios. Aunque el Govern aún no ha concretado a cuánto ascenderá, la directora general d'Energia, Marilena Tugores, puntualiza que será algo simbólico.
Esta es una de las principales novedades que supondrá el decreto que está elaborando el Ejecutivo autonómico, como consecuencia del Real Decreto de 2007 que marca que cada comunidad autónoma tendrá que establecer sus mecanismos y control de la eficiencia energética, y que a su vez deriva de la Directiva europea que obliga a los países a reducir el consumo energético.
Registro
En concreto, el Real Decreto del Govern establece la obligatoriedad de un registro, que habilitará la Direcció general d'Indústria. De este modo, para obtener la licencia de obra y el certificado de final de obra será necesario tener registrada la certificación del proyecto en el citado registro.
De este modo, los edificios de nueva construcción deben contar con una certificación energética. Se trata de una etiqueta en la que se determinará su eficiencia energética. Por hacer una comparativa, será similar a la de los electrodomésticos.
En concreto, la catalogación de los inmuebles irá de la A hasta la G, siendo los A y B los más eficientes. La Direcció general d'Energia propondrá que todos los edificios de la administración sean de categoría A y B. Además, a nivel privado los edificios de categoría A y B reciben una subvención, con la finalidad de incentivar la eficiencia energética.
El objetivo del Govern es que el citado Real Decreto pueda ser aprobado en el primer trimestre de 2010.
La directora general d'Enegia advierte que aquellos edificios que tengan una catalogación que no se corresponda con la realidad serán sancionados. Para ello, se creará la figura de los inspectores. No obstante, puntualiza que «el objetivo de este Decreto no es sancionar, sino informar al consumidor de la calidad y la eficiencia energética de los edificios».
Tugores explica que el cálculo del consumo energético que tiene cada edificio se realizará mediante un programa informático. En concreto, un técnico proyectista le otorgara una etiqueta a un proyecto y para el final de obra se volverá a realizar el cálculo para comprobar que se cumple la eficiencia energética prevista.