En una jornada marcada por la enésima tormenta política provocada ahora por las imputaciones de los dirigentes de UM, el Parlament aprobó la ley de comercio del Govern con cambios inesperados en el último momento.
El diputado del grupo mixto Bartomeu Vicens votó a favor de varias emiendas del PP y permitió a los populares modificar algunos artículos en el último trámite de la ley elaborada por el Govern. Por lo tanto, los grupos que apoyan al Govern perdieron hasta cinco votaciones por culpa del voto de Vicens.
Aunque las enmiendas del PP no desvirtúan el contenido de la ley de comercio, la votación final evidenció el clima de desunión que hay entre los grupos que apoyan al Govern.
Las enmiendas del PP que apoyó Vicens en el pleno del Parlament se refieren, entre otras cosas, a ampliar la libertad de horarios en festivos a centros de hasta 300 metros cuadrados -antes era de 150-, además de establecer que los centros abiertos desde 2006 estén exentos de la preceptiva licencia autonómica y suprimir la Comisión interadministrativa de grandes establecimientos, competente para resolver las licencias. «Las enmiendas que he apoyado son técnicas», declaró al terminar el pleno el propio Vicens, quien restó importancia a su desmarque.
La encargada de defender la ley ha sido la consellera de Comerç, Francesca Vives, quien ha destacado que el texto se ha consensuado tanto con los partidos como con la sociedad civil a través de la celebración de un centenar de reuniones con sindicatos, patronales del comercio, consells insulares, ayuntamientos y consumidores.
La nueva ley supone la eliminación de la moratoria de 2005 de grandes superficies comerciales y prohíbe su establecimiento en suelo rústico, y ha sido criticada por el PP por «farragosa».
Desde PIMECO, su presidente, Bernat Coll, valoró positivamente la aprobación de la ley de comercio y dijo que el trabajo importante empieza ahora con la elaboración del reglamento. No obstante, Coll lamentó que se hayan producido cambios en el último momento «por el voto de un diputado que no debería estar en el Parlament».