Rosa camina con dificultad, tiene una enfermedad crónica incurable. Vive sola en un pequeño apartamento de la avenida Gabriel Roca. Desde el año pasado disfruta del servicio de comida a domicilio que ofrece el Ajuntament de Palma a través de Cruz Roja. «Me puse en contacto con un asistente social porque tengo problemas físicos y económicos y me ofrecieron este servicio. Tengo la invalidez», afirma.
Hoy es viernes y el menú consta de crema de verduras, rostit humit con judía plana y fruta. Para cenar, gulash de ternera con arroz y yogurt. «Estoy muy contenta, el menú es bueno. Siempre traen la comida a una hora fijada. Creo que podré disfrutar siempre de este servicio, a no ser que me digan los contrario», añade Rosa, que afirma disfrutar cuando el menú incluye berenjenas rellenas.
Alrededor de 520 personas como Rosa reciben cuatro días a la semana, entre las 9.00 y las 15.00 horas, su comida a domicilio. Antes, a las 08.00 horas, miembros de Cruz Roja acuden a Mercapalma, concretamente a Eurest, para recoger los menús. Los repartidores cargan la comida en seis furgonetas e inician un recorrido por distintas rutas de Palma. Cada una de ellas reparte en una mañana entre 85 y 90 menús.
«La comida la prepara Eurest por la noche. De madrugada pasa por refrigeración y después a las cámaras frigoríficas. Es un menú tipo para personas mayores, aunque también se incluye otro para las personas diabéticas y otro astringente. También se tiene en cuenta si los usuarios son alérgicos a cualquier tipo de alimento», afirma Francesc Milà, coordinador del programa.
Los repartidores reparten los lunes (dejan a los usuarios la comida del martes), miércoles (con la comida del jueves), viernes y sábado (para el fin de semana). Además, el menú incluye dos litros a la semana de leche.
Mañana sábado comerán puré de lentejas y tortilla de patatas con calabacín. El domingo, paella y pica-pica.