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Salvà: «El paro generará bolsas de pobreza y será inevitable redistribuir el empleo»

El catedrático de Geografía Humana disertó en la UIB sobre los retos que plantea la población balear

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«En unos años se pueden generar en las Islas unas bolsas de pobreza importantes y creo que será inevitable realizar una redistribución del trabajo, a la alemana», declaró ayer el catedrático de Geografía Humana de la UIB Pere Salvà, con motivo de su participación en el Seminari Pastoral Universitària-Grup Blanquerna, titulado Qui és avui el meu germà? Emergències d´una societat en crisis, celebrado en la UIB.

Salvà disertó sobre «La población de las Illes Balears: una reflexión sobre la situación actual y retos de futuro», conferencia en la que expuso el enorme crecimiento de la población de las Islas en los últimos doce años «en los que hemos crecido el 25% del total de nuestra historia», en buena parte debido a la inmigración.

Ante esta realidad, advirtió, se nos plantea un reto de futuro vital, pues «con la actual crisis se ha perdido mucho empleo y así como está la pirámide de población en 5 ó 6 años vamos a necesitar 700.000 puestos de trabajo para que toda la población esté trabajando, por lo que nos van a faltar unos 100.000 empleos, lo cual puede generar bolsas de pobreza y el retorno de parte de los inmigrantes a sus países». Por lo que abogó por la redistribución del trabajo, «o será inevitable caer en estas circunstancias».

Un segundo reto, anotó, «es el del envejecimiento de la población -pese a la inmigración-, pues tenemos viviendo en las Islas unas 150.000 personas mayores de 65 años».

Salvà recalcó que la inmigración «seguirá llegando, pero de forma menos intensa a como lo ha hecho estos años, en los que nos ha hecho subir nuestra tasa de natalidad hasta superar, en 2008, el máximo histórico de nacimientos, que fue en 1974, pero eso no se mantendrá muchos más», auguró.

Por último, avisó que «en Balears están empezando a darse los primeros casos de exclusión de residentes extranjeros mayores, alemanes y británicos que con los años han ido perdiendo nivel económico y empiezan a llegar a edades altas, los 80 años, en las que necesitan atención y tampoco pueden volver a sus países porque han perdido su arraigo».

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